Último día de campaña, a partir de este jueves habrá unos días de silencio electoral para reflexionar sobre el poder de nuestro voto y a quién se lo daremos.

Hay elecciones de gobernador, presidentes municipales y diputados federales y locales. Nos ocuparemos brevemente de estos últimos.

A los queretanos, cada uno de los 25 diputados locales –15 de mayoría y 10 plurinominales– nos cuestan 13 millones de pesos anuales, tenemos el Congreso más caro del país, y tal vez, el más improductivo.

El cargo de diputado tal vez sea el más desprestigiado, pero también el más codiciado, ya que sin trabajar ganan mucho dinero y, hasta cierto punto, algo de poder.

El domingo acudiremos a votar y a elegir a los legisladores que nos representarán, son 15 distritos locales, y en muchos de ellos van candidatos que se quieren reelegir hasta por tercera ocasión.

La baraja para elegir no es muy amplia y mucho menos atractiva; hay candidatos impresentables como los panistas Antonio Zapata y Gerardo Ángeles, que han encontrado en la diputación su modus vivendi.

Otros como Rosendo Anaya, del PAN, o Celia Amador, del PRI, que brincan de presidentes municipales, uno de Amealco, la otra de Jalpan, a candidatos a diputados locales.

Sorpresas se podrían dar este 6 de junio; por ejemplo en el I Distrito, donde Francisco Barrera, Panchito para los cuates, ha realizado una buena campaña ciudadana.

En el III Distrito la competencia es entre malas reputaciones, entre el priista Jame Escobedo y el panista Enrique Correa, ambos han sido ya diputados locales y ambos tienen severos cuestionamientos, uno por su jugosa jubilación a temprana edad, Escobedo; el otro, Correa, por las observaciones de la ESFE por dar a un familiar un contrato por 40 millones de pesos cuando fue presidente municipal interino de Querétaro. La población está cansada de las repeticiones, luego entonces, ahí Morena y RSP podrían dar la pelea.

Hay candidatos que son un verdadero acto de cinismo, como Verónica Galicia, en El Marqués, que viniendo de una familia caciquil priista, el PAN la arropa con tal de conservar el poder.

O el de Elsa Méndez, la diputada de provida anteriormente panista y ahora independiente, que busca la reelección y que dará férrea pelea a la candidata panista Maricruz Arellano por el distrito VI.

Lo anterior por mencionar algunos casos, pero en general, la elección de diputados locales es la que a los ciudadanos menos les interesa, aunque es sumamente importante para dar contrapeso a los excesos de autoridad del Poder Ejecutivo, y podría darse la sorpresa y que se conforme un nuevo mapa político en el Congreso local donde ningún partido tenga la mayoría calificada.

Así, la candidatura, primero, y luego la diputación local, se ha devaluado a tal grado que a los integrantes del Congreso del Estado se les ve más como trabajadores del gobernador que como un poder del gobierno estatal, y mucho menos, como representantes de los ciudadanos.

Total, solamente nos cuestan 13 millones de pesos anuales cada uno de los 25 diputados locales, y qué son 13 millones de pesos para el gobierno del estado si con ello tiene de rodillas al Poder Legislativo local.

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