[Tras la Verdad] Las amlomentiras de siempre, al descubierto

Andrés Manuel López Obrador frecuentemente se tropieza con sus propias mentiras. Una vez más lo alteró el alza de los combustibles y el disparo de la inflación, cuando no se ha cansado de insistir que en su gobierno no habría “gasolinazos ni inflación”. A los incrementos de los precios de los combustibles los llama “en términos reales”. Y en “términos reales” todo es más caro.

Desde que López Obrador tomó posesión del cargo de presidente de la República los precios se han mantenido al alza y la inflación galopa, no trota. Consume cualquier incremento a los salarios, aunque el pretexto insostenible continúe siendo que él trabaja para apoyar a los pobres.

¡Encontrando a los responsables de los aumentos de los combustibles! Echa la culpa a la especulación de los expendedores de los combustibles, a la alteración de las bombas para entregar menos combustible del que paga el consumidor. Luego, ¡la amenaza! El gobierno de las intimidaciones y amenazas. Esta vez, advirtió a los concesionarios que, o les cancela la concesión u otorgará más concesiones para que haya mayor competencia. De cualquier manera, AMLO trata de ocultar sus falsas promesas que lo llevaron al poder que hoy traiciona. El gobierno de las mentiras.

Intentando autocomplacerse. La mañana de este lunes López se “lanzó y se respondió” un par de interrogantes. Dijo: “Es muy sencillo, ¿cómo me van a calificar?, ¿cómo nosotros mismos queremos que nos midan? Sobre la atención a los pobres, al pueblo, y lo que tiene que ver con la economía popular, no la macroeconomía, lo que tiene que ver con el pueblo: el frijol, la tortilla, el pan”. La “blasfemia” directa a sus “pobres seguidores”. Bueno, hasta esos creyentes ahora son “apóstatas”, dejaron de creer en sus “sus dogmas de fe”.

López también quiere terminar con el INEGI por investigar y publicar las verdades del mercado, instituto que, con datos, números y porcentajes no miente, mucho menos cuando se acude a los mercados o a las gasolineras: todo más caro. El dinero cada vez rinde menos. López deteriora el poder adquisitivo de los más pobres. Sube la gasolina, suben los alimentos. No cesa su campaña político-electoral. Entrelazó el tema de veto constitucional, dijo, de ganar la oposición lo utilizará en su contra. ¡Por supuesto que así debe ser! Así funcionan las democracias en todo el mundo. Andrés abusa hasta decir basta de su mayoría ficticia. López hace y deshace a su antojo gracias a sus obedientes lacayos que forman la tramposa mayoría en ambas Cámaras legislativas.

El INEGI publicó la acumulación de la inflación de enero a marzo, alcanzando el escalofriante incremento 2.34 por ciento; pero los precios al consumidor se han ido al 4.67 por ciento, el mayor incremento desde 2018. Los expertos aseguran que pronto llegará al 5 por ciento el incremento de los precios al consumidor. Y AMLO amenaza con indagar el aumento a las gasolinas. ¡Qué miedo! No hay justificación, aseguró, para luego jugar con sus propias palabras al anunciar que “es transitorio”. ¿Este es el gobierno que merecen los mexicanos? Por supuesto que no.

El Centro de Estudio de Finanzas Públicas, en 2018, dejó constancia que, en el año de 2018, hubo un incremento a los combustibles del 1.7 por ciento. Para el 2019 en “términos reales” (nuevo lenguaje engaña bobos), los combustibles se incrementaron al 5.61 por ciento; en tanto que la inflación fue del 2.78 por ciento. Para el año 2020, por la tremenda baja en el precio del barril del petróleo a nivel mundial, debido a la regla matemática que fija los precios, de acuerdo a los criterios de la Secretaría de Hacienda, llegó a bajar el precio del combustible a 7.2 por ciento. Hubo menos ingresos por la venta del petróleo, otra consecuencia que omite dar a conocer AMLO. Andrés López no puede entender (no sabría aplicar esa regla que fija precios) que los precios de las gasolinas son fluctuantes, precisamente para evitar “gasolinazos”, disfrazados esos incrementos por López en “términos reales”, que al final son “gasolinazos” ¡Gasolinazos señor López!

Comerciantes (abusivos o no) aseguran que los incrementos a los combustibles arrastran los precios de los alimentos, llegando al 80 por ciento, según el periódico La Jornada, empresa periodística aliada y consentida de AMLO.

Pero, no hay de qué preocuparse, López prometió “indagar el aumento a las gasolinas”. Obligará a los gasolineros a no robar gasolina, que no den litros de combustible incompletos a los consumidores. Y si no entienden, cancelará concesiones y dará más para que bajen el precio. Mentiras interminables. Con “saliva todo lo soluciona”. Asunto arreglado.

Amlomentiras pretende amortiguar los golpes en las alzas de los combustibles en tiempos de campaña electoral al asegurar que autorizó un subsidio, de lo contrario sería más caro el precio por litro de combustible. Pero, ¿sabe qué? El subsidio a las gasolinas se otorga con dinero de los propios impuestos de los contribuyentes. Lo cual significa que el mismo consumidor paga el subsidio que tanto presume el presidente. Parece que esta vez sus amlomentiras no lo salvarán de una gran derrota en las urnas en las elecciones del 6 de junio próximo. Lo vencerá el #VotoÚtil que utilizarán los electores.







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