[Tras la Verdad] Grandes mentiras de Andrés Manuel López Obrador

Ha quedado demostrado que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es un mentiroso compulsivo, tal vez sufra del trastorno de la mitomanía, problema mental que requiere tratamiento psiquiátrico.

Si se tratase de cualquier persona no sería mayor problema, lo serio del caso es que hablamos del Presidente de la República y sus grandes mentiras generan serias perniciosas consecuencias en la vida del país, las más de las veces perjudiciales para millones de personas, ese es el verdadero problema.

De ahí que estimé importante traer a esta columna solo algunas de las más de mil mentiras que ha externado no solo en sus conferencias mañanera, también fuera de ellas, López es adicto a pretender cambiar la realidad de los hechos, crea sus “propias historias”, lo que conlleva a influir en la voluntad de los millones de sus seguidores que creen a pie juntillas, las mentiras del Presidente, los engañados generan otra realidad que dista mucho de la verdad, defienden las mentiras de Andrés Manuel López, general toda una historia para sustentar la mentira que, como supuesta verdad, lanzó López Obrador, para defender la mitomanía, muchas mentiras rayan en la ilegalidad; pero, como se trata del Presidente, pocos son lo que se atreven a desmentirlo, como ha sido Claudio X. González (hijo) y el grupo de asociaciones civiles que valientemente se han sumado a la defensa de la verdad, incluso acudiendo a las instancias judiciales para soportar la veracidad y combatir las mentiras de Andrés Manuel López Obrador, quien no queda satisfecho y contraataca para defender sus mentiras, haciendo uso del “poder presidencial” de manera por demás cínica y abusiva; él mismo confiesa ser “terco”, luego entonces procede a defender su mentira.

Si se tratase de cualquiera otra persona no trascendería; pero, insisto, lo grave que hablamos del Presidente de la República, esa condición vuelve sumamente peligrosa y dañina la mentira presidencial.

Una de las más grandes mentiras de Andrés Manuel López, es y ha sido el haber creado una ficción con el vaso de lo que fuera el lago de Texcoco. Inventó que en ese lugar había agua, flora y fauna en la zona lacustre, había que defender a toda costa la agresión de que era objeto por la construcción del aeropuerto en el vaso de Texcoco. Sus seguidores, por supuesto le creyeron, unos por ignorantes, otros por perversos igual que el mismo Andrés Manuel.

Por orden presidencial se detuvo la construcción. Acompañó su mentira con más artimañas, las falacias se incrementaron; argumentó que los empresarios que participaban en la construcción eran unos corruptos, coludidos con las autoridades neoliberales (su desgastado discurso) para hacer millonarios negocios al amparo de la corrupción. Ninguna de las dos afirmaciones resultaron ciertas.

El lago de Texcoco, en épocas precolombinas, formaba una conexión con los lagos de Chalco, Zumpango, Xaltocan y el de Xochimilco. Desde entonces causaban problemas de inundaciones, por lo que en 1606 empezaron a construir diques y desagües para irlo desecando, en 100 años casi lo secaron. Incluso Lucas Alamán, en 1824, promovió la desecación del lago de Texcoco.

En los años 50 debido a las intensas lluvias volvió a acumular agua, pero por órdenes del gobierno federal se construyeron acequias para desahogar el lago. Vamos, incluso en el gobierno de Porfirio Díaz, se volvió a promover el desagüe, por lo que la mancha urbana literalmente empezó a comerse el terreno de los lagos, incluyendo el de Texcoco. De tal suerte que en el año de 2014, cuando se proyectó en ese lugar la construcción del aeropuerto ya no había agua, si acaso algunos encharcamientos en tiempos de lluvias. El Presidente de la República, López Obrador por supuesto, urdió una gran falacia para tratar de soportar la teoría de la existencia del lago y necesidad de suspender la obra. Una mentira que quedará para la historia.

Por eso le urgía al Presidente de la República inundar parte de lo que fura el vaso del lago, así las cosas ordenó a Conagua, inundara el lugar, para que quedara bajo el vital líquido todo lo construido para intentar demostrar que sí había agua, de paso desaparecía la enorme obra que hoy se encuentra construida, como es la torre, una de las pistas de aterrizaje y más obras. Pensaba gastar suma millonaria por su capricho, con la loca idea de rescatar el lago. La oportuna interposición de los juicios de amparo, echaron por tierra lo aseverado por López Obrador, Claudio X. González y demás organizaciones de la sociedad civil, tienen por lo pronto la suspensión definitiva a favor para que no se afectara la obra, falta la sentencia de fondo. Legalmente cabe la posibilidad de que se continúe la obra, si la autoridad judicial federal así lo ordena, con base en lo promovido por las organizaciones de la sociedad civil.

La negra historia creada por el Presidente Andrés Manuel López, de la existencia de una gran corrupción en esa mega obra, nunca la ha podido probar, nada ha demostrado; su gobierno ha tenido que indemnizar a los inversionistas, los miles de millones de dólares han tenido que ser pagados, más sanciones por el incumplimiento.

A los empresarios de la obra, antes señalados como corruptos, les ofreció similitud de obra de construcción en el aeropuerto del capricho del Presidente, el de Santa Lucía. Hubo un daño millonario al erario por la pésima decisión de Andrés Manuel López Obrador, quien a pesar de haber sido descubierta su mentira, insiste que la construcción del aeropuerto de Texcoco no era la idónea, que se iban a hundir las pistas por aquello del lago que dejó hace muchos años de existir.

Menos reiterativo, pero cada vez que puede insiste en que hubo mucha corrupción en esa mega obra; más nunca hubo denuncia alguna, jamás acusación en particular que, al menos, intentara demostrar que su mentira era verdad. Para colmo del cinismo, uno de los empresarios multimillonarios, Carlos Slim, dentro del grupo de los supuestos corruptos, es ahora asesor del Presidente y le ha empezado a dar obras importantes el gobierno de la 4T. Quedó demostrada, a plenitud, la gran mentira del Andrés Manuel López Obrador. Si se reinicia la obra de Texcoco, López Obrador estaría en libertad de hacer negocio con nuevos empresarios y él se queda con todo, como en el juego de la “pirinola”.

La obra del Tren Maya, otra enorme mentira que ha quedado al descubierto. El Presidente juró que no se afectaría la selva del sur de México, por donde pasará la vía del tren. Falso. En más de 300 kilómetros de la línea por donde pasará la vía, no hay vía; así que, si se necesitan 40 metros de ancho (solo por esos poco más de 300 kilómetros), serán más de 12 millones de metros cuadrados de selva virgen que será destruida para dar paso a las vías del ferrocarril, más el espacio para las maniobras de otros 20 metros (al menos), se suman otros miles de metros más; la suma rebasa los 18 millones de metros cuadrados de devastación de la selva en la que se albergan cientos de especies de animales.

López Obrador afirmó que ya tenía los permisos correspondientes; todo resultó falso, de ahí que la obra se haya retardado, no tenía permiso de autoridades ni de los dueños de tierras que serán afectados por el paso del tren, quienes por supuesto se han mostrado sumamente inconformes. A ello debemos sumar al llamado Ejército de Liberación Nacional, quienes amenazaron al Presidente de impedir la construcción de las vías del ferrocarril; por eso el mismo López Obrador, hizo lo propio y los amenazó. Gran mentira del Presidente de la República, que no tiene forma de soportar la veracidad de su dicho. Todo cayó por su propio peso.

Continuaremos comentando con ustedes, en otras columnas, más de las mentiras “institucionales” del Presidente de la República, lo que resulta sumamente delicado dada la ligereza con que miente, además de pretender convencer a los mexicanos de que, su mentís, es verdad. Esa conducta refleja con claridad meridiana una enfermedad mental que debe ser atendida por los especialistas en la materia, los psiquiatras para ser exacto, antes de que cause más problemas de los ya generados.

Solo refiero brevemente la última escandalosa mentira del pasado 26 de septiembre, al haber calificado a los anarquistas de conservadores, anarquistas que causaron intencionalmente daños materiales valuados en millones de pesos. De mal en peor López Obrador. Ahora resulta que los anarquistas son conservadores; sin duda alguna se trata de una nueva tesis política que no ha sido demostrada.






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