[Tras la Verdad] 4T, cínicos e incompetentes en materia de seguridad

En la comparecencia –virtual– del secretario de Seguridad y Participación Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, ante los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado, volvió a dejar patente su cinismo, falsedad y falta de conocimiento en materia de seguridad pública.

Bastó con la respuesta que dio a los senadores, referente a Ovidio Guzmán. Aseguró que sí existe una orden de aprehensión –extradición–, luego, ¿por qué lo dejó en libertad cuando fue aprehendido en el municipio de Culiacán, Sinaloa, si ya estaba detenido? Ya habían ejecutado la orden, ¿por qué lo dejaron en libertad? Esa fue una conducta delincuencial que se sanciona en el Código Penal, auxiliar o facilitar la fuga de un delincuente y, si se trata de autoridad, se castiga con pena agravada.

Pero el secretario simplemente “bateó” a los senadores y ya. Seguramente todos recordarán lo sucedido en aquella ocasión en la que, vergonzosamente, el secretario tuvo que dejar en libertad al delincuente que es reclamado por la justicia estadounidense; sí, debido a que se vieron superados en todo por la delincuencia organizada, tanto en táctica, como en armamento y en el número de fuerzas. En la videoconferencia, el senador Kuri preguntó a Durazo por qué no han detenido a Ovidio Guzmán. Aquel simplemente respondió: “Seguirá siendo un reto”. Mal y de malas.

Está otro grave delito impune que cometió al no prevenir la explosión del gasoducto en el pueblo de Tlahuelilpan. Los delincuentes hacían fiesta con el combustible que robaban, lo extraían del ducto propiedad federal: de Pemex; las fuerzas del “orden”, simplemente observaron a distancia el descarado robo, no lo impidieron, no hicieron nada hasta que explotó y mató a 136 personas. Ese hecho fue un delito conocido como: ilícito de comisión por omisión; no hicieron nada las fuerzas de seguridad para mantener la “seguridad pública”; no, solo fingieron y fungieron de espectadores. ¿Algún responsable por la muerte de las 136 personas? Por supuesto que no.

Curiosamente no hubo presuntos responsables, nadie fue consignado; según las autoridades los responsables del hecho murieron en el incendio que devoró muchos cuerpos humanos. Los movilizadores, los agitadores sociales de antes, hoy desaparecidos, inactivos, desactivados, ya no protestan de nada, todo lo aceptan, toleran los abusos de las autoridades del gobierno de la 4T.

Pronto cambiaron las conductas de esos grupos –subversivos– sociales que protestaban por todo, movilizaciones y manifestaciones eran la herramienta que usaba la izquierda, los alimentaba –económicamente– para fastidiar a los gobiernos neoliberales; hoy, esos inquietos grupos permanecen “sedados”, el gobierno al cual pertenecen ya no motiva movilización alguna a pesar de lo deleznable de muchos de los actos que han cometido funcionarios de la 4T, antes proactivos, hoy inactivos, son coparticipes al guardar silencio. Así funciona la seguridad pública de Durazo.

Referente al índice delictivo, el secretario Durazo dio el capotazo para salir con una “verónica” simulada. Un día bajan los homicidios y el otro suben; otro día se reducen los robos y al siguiente repuntan; y así sucesivamente con los demás ilícitos. Cuando bajan los delitos, aplauden como si se tratase de acciones orquestadas y organizadas de la autoridad. No, no se engañen, así trabajan los delincuentes, hoy matan a más personas y al otro día no; hoy roban más que mañana, son acciones delincuenciales incontrolables. Mas no se trata del éxito del programa de seguridad pública nacional.

Los hechos son circunstanciales, los actos no, esos sí se programan. Durazo presumió el apoyo del personal de las fuerzas armadas, argumentando que su participación cada vez es menor en acciones de combate a la delincuencia. Lo cierto que las fuerzas armadas son las responsables de esa acción; pero tampoco están debidamente capacitadas para ello; sin embargo los legisladores federales facultaron constitucionalmente al Presidente de la República, como a ningún otro jefe de Estado, para hacer uso de las fuerzas armadas en actividades de seguridad pública.

De tal suerte que la misma Guardia Nacional es dirigida por un militar, así como la mayoría de sus integrantes fueron asignados o transferidos del Ejército y la Marina, a la Guardia Nacional. Esa es otra de las grandes razones por las que no han podido deducir los índices delictivos, no tienen la inexperiencia en el ramo, igual que Durazo, a quien incorporaron al “vapor” a esa dura y fea tarea. Año y medio de gobierno de la 4T y no cumplen con el compromiso que adquirieron: reducir la frecuencia delictiva.

Es tan grave la situación en ese medio, que la delincuencia organizada empieza a sustituir al gobierno federal, hace “labor social” en comunidades pobres obsequiando despensas, acción de “beneficencia” que supuestamente debería estar realizando el gobierno de López Obrador y no los delincuentes, así ganan simpatías de los pobladores. Eso se traduce en falta de seguridad pública –municipal, estatal y federal–, los delincuentes trabajan con desparpajo.

Durazo informó a los senadores que hay 50 mil 979 militares apoyando en acciones para combatir la pandemia del Covid-19. ¿Por qué tuvo que informar de las acciones de las Fuerzas Armadas el secretario Durazo? Nada, el señor simplemente proporcionó datos que corresponden al área del general Luis Crescencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, simplemente para entretener a los senadores de la Jucopo.

Y así los distrajo con información que acontecerá probablemente hasta el año 2024, comentando que la Guardia aspirará a tener en sus filas a 200 mil efectivos. No pasó por alto que personal de la misma también apoya las acciones en contra del Covid-19, con 10 mil 470 elementos; claro que no mencionó cuántos más de esa corporación trabajan en la contención de inmigrantes, de tal suerte que miles de policías de la Guardia Nacional, se encuentran realizando acciones ajenas a la responsabilidad principal de esa institución: la seguridad pública; en junio del año pasado asignaron 15 mil elementos de la Guardia a esa responsabilidad, razón por la cual Donald Trump está feliz, feliz, feliz; 20 mil 470 elementos de la Guardia Nacional, en funciones que no son de seguridad pública. Sumado a la estrategia ordenada López Obrador, de observar el respeto de los derechos humanos de los delincuentes, la política de los abrazos y no balazos, y con escasos policías, podemos entonces deducir algunas de las razones del por qué no bajan los índices delictivos. Parecen acciones deliberadas del Presidente de la República.

De ahí que los elementos del orden prefieren no combatir a los criminales; la autoridad puede cometer algún delito que lastime los derechos de los delincuentes, luego sean acusados, dados de baja y procesados.

Conclusión. Alfonso Durazo Montaño dio su espectáculo mediático a los senadores, en tanto que la situación de la inseguridad pública en el país, sigue viento en popa; prevalece el cinismo y la incompetencia en esa área.








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