[Me Lleva el Diablo] San Juan del Río: ¿dónde quedaron 9 mil millones?

En San Juan del Río, Roberto Carlos Cabrera se sacó la rifa del tigre, pero se encuentra entre la espada y la pared, políticamente hablando. Por un lado, la corrupción que le hereda el ahora diputado local y exalcalde, Guillermo Vega, Memo como se hace llamar, quien junto con sus colaboradores, le llevan las contras; y por otro, los miles de millones que se ejercieron durante los últimos 6 años.

A San Juan del Río le llueve sobre mojado y no precisamente por las contingencias pluviales pasadas, que sí le afectaron; pero le afecta más la confrontación política entre grupos panistas, mientras que Morena y el PRI están pasmados.

Para 2022, Roberto Carlos Cabrera ejercerá unos mil 450 millones de pesos, nada en comparación a los 9 mil millones de pesos que ejerció en 6 años Guillermo Vega, quien le seguirá haciendo sombra desde el Congreso del Estado.

Hay cosas nada claras en el ejercicio de esos 9 mil millones, San Juan no creció; no se desarrolló en infraestructura urbana, social, como debería con 9 mil millones de pesos. Todo parece que fue maquillado, y los recursos se esfumaron.

La inseguridad es ya parte de la vida cotidiana de los sanjuanenses.

Hay que recordar el tema de las luminarias chinas a sobreprecio, al igual que el tema de las patrullas y lo relacionado a la obra pública; construyó dos albercas, no esenciales. Y algunos accesos hacia terrenos pertenecientes a empresarios del ramo ligados al control del agua y la tierra.

Pero ahí están las cuentas públicas sobre San Juan en la página de la Entidad Superior de Fiscalización, llenas de observaciones, aunque faltan las esenciales, las que documentan el gasto durante la pandemia.

Obvio es que el protegido de Ricardo Anaya, Memo Vega, al igual que Roberto Sosa, solo simuló el gasto social. Ahora, desde la Legislatura local, actuará al amparo de la opacidad y la impunidad: no le van a hacer nada, ni a él ni a sus colaboradores, compinches o vasallos, como les quiera llamar, pues otro de su grupo también es diputado local.

Eso sí, hay chivos expiatorios para mediatizar el tema de la corrupción en ese municipio.

Luego de la detención de un funcionario (síndico) activo y un exfuncionario de la administración 2018-2021 en San Juan del Río, la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción aseguró que continuará con las investigaciones en dicho municipio, pues se estima que puede haber más personas involucradas en los delitos de malos manejos sobre recursos públicos.

De acuerdo con la fiscalía especializada –que hay que decirlo, actúa por consigna–, los hechos se relacionan con parte del equipo de estos funcionarios, los cuales participaban en la extorsión a comerciantes y empresarios para otorgarles permisos y licencias desde sus cargos en Protección Civil Municipal. Dichas imputaciones siguen bajo investigación.

Una vez elementada la carpeta de investigación en contra del síndico municipal de San Juan del Río, Carlos Fernando Rafael “Z”, en su primera audiencia se revelaron datos interesantes que comprueban la prisión preventiva para el imputado.

La confrontación entre grupos panistas se puso en evidencia, pues hizo su aparición la impunidad; casi 6 horas de audiencia evidenciaron las influencias del actual senador Alfredo Botello para que no se dictara la prisión preventiva.

Trascendió que fue el senador panista quien presionó al juez del caso para que no dictara prisión preventiva y lo liberara bajo el pago de una fianza económica, aunque es el juez quien tiene todas las facultades para vincularlo a la prisión preventiva debido a que el imputado tiene los recursos económicos para salir del país, como ya lo hizo uno de sus cómplices que se encuentra prófugo.

Los chivos expiatorios tienen que pagar; y en declaración, el exedil y ahora diputado dijo que por eso no sorprende el caso de dos exfuncionarios detenidos en San Juan del Río, quien apuntó que durante su administración se tomaron cartas en el asunto tras haber recibido denuncias sobre presuntos delitos cometidos por quienes fingían como servidores públicos.

Claro que no le debe de sorprender a Guillermo Vega el asunto de la corrupción, pues en su administración se ejerció a plenitud e impunidad, y todo indica que es una jugada de su grupo para abrirle el paso a otro de sus seguidores de apellido Calvario, que podría asumir las funciones, primero de síndico, y por qué no, después de alcalde si por “casualidad” Roberto Carlos Cabrera se sumara al gabinete estatal o se “enfermara”.

Todo puede suceder en San Juan del Río, donde hacen rounds de sombra el grupo de Ricardo Anaya en una esquina con Memo Vega, y en la otra el grupo de los duros, que encabeza Alfredo Botello y al que pertenece el actual edil.

Mientras, Roberto Carlos Cabrera calla, observa, resiste los embates y sabe que va a ser difícil, primero, tapar todas las tropelías; pero más difícil será enfrentarse, confrontarse con quien tuvo en sus manos 9 mil millones de pesos... y que ahora goza de impunidad.

Ni modo, 9 mil es fácilmente más que mil 450. Lo que es lo mismo: puede más Anaya que Botello.

¿Qué dirán Mauricio Kuri y/o Pancho Domínguez sobre la mano de Anaya en SJR y en todo Querétaro?







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