Arturo Maximiliano García Pérez, virtual candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia municipal de Querétaro, lleva en su fórmula de regidores varios personajes, algunos con trayectoria en la izquierda y otros con un buen perfil personal, político o profesional.

Sin embargo, es de resaltar la inclusión de un joven, talentoso desde siempre y que desde niño “mamó” política, y que tiene la fortuna o la “desgracia” (según la perspectiva) de su parentesco con el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo. Él es José Manuel Sánchez Nieto.

Y entrecomillo desgracia porque no faltará quien, cizañosamente, pretenda minimizarlo y especular que está en la planilla por imposición, sugerencia o petición del zar antilavado. Nada más alejado de la realidad. Aunque, claro, el apellido ha de haber pesado.

José Manuel comulga con la izquierda desde hace años (muy probablemente por la admiración que le tiene a su tío), y no solo se inscribió para ser regidor, también lo hizo para ser diputado local plurinominal (por insaculación). Si su tío Santiago interviniera, probablemente la tómbola hubiera jugado a su “favor”.

¿Y por qué digo que José Manuel ha mamado, comido y bebido política desde niño? Anótele: es nieto, sobrino nieto y sobrino de los expresidentes municipales de San Juan del Río, Jaime Nieto Ramírez, Gustavo Nieto Ramírez y Gustavo Nieto Chávez, respectivamente. Y es hijo de la reconocida académica y hoy magistrada del Tribunal Superior de Justicia, con una trayectoria y una reputación intachables, Gabriela Nieto Castillo, y del también académico, abogado, exsecretario de Gobierno municipal y exdelegado del Instituto del Suelo Sustentable (Insus), José Manuel Salvador Sánchez Gómez, mejor conocido en San Juan del Río como el “licenciado Manuel Sánchez”.

Fue precisamente en una precampaña de su padre donde conocí a José Manuel. En ese tiempo, Manuel Sánchez buscaba la postulación del PRI a la presidencia municipal sanjuanense (que al final obtuvo el exdiputado local, Gregorio López González) y para ello conformó un equipo de muchachos (y uno que otro no tanto) al que denominó “Todos Somos San Juan”. Y en ese equipo había un pequeño de 7 años: José Manuel.

Recuerdo que José Manuel hacía repelar a su padre Manuel cuando este le preguntaba “hijo, ¿qué quieres ser de grande?”; seguramente este esperaba que le dijera que abogado o astronauta. No. José Manuel quería ser payaso. “¿Pero por qué payaso?”, le refutaba Manuel; y José Manuel, argumentativo desde niño, le reviraba: “¿por qué no?, ¡qué tiene!, es un trabajo digno como todos; respétame, eso quiero ser”. Hoy José Manuel está por concluir su carrera de licenciado en Derecho, ojalá no haya sido por la influencia de su padre que abandonara su sueño de niño.

Precisamente en 2006, durante la precampaña de Manuel Sánchez, entrevisté al niño José Manuel (entrevista que se publicó en El Canto de los Grillos impreso), y entre otras cosas le pregunté si lo obligaba su papá a ir a las comunidades y colonias, y él, sin presión de nadie, me dijo “no, me gusta venir, me gusta ayudar a la gente, ayudar a mis compañeros del equipo (Todos Somos San Juan)”; “¿pero a poco no te gustaría mejor estar jugando videojuegos o jugar con tus amigos hoy que es domingo y no vas a la escuela?”, “juego con ellos en la escuela y ahorita hay que ayudar, me gusta esto”, respondía.

José Manuel nunca habla mal del PRI, ahí sigue la mayoría de su familia; pero ha elegido su propio camino. Tiene valores y estirpe. No me sorprendería que algún día sea gobernador.

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