El presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos confiesa haber renunciado a su función constitucional de brindar seguridad pública a las y los mexicanos, incumpliendo con el artículo 21, párrafo noveno de la Constitución.
De manera por demás inaudita, cínica, sorprendente, el titular del Poder Ejecutivo, confesó y reconoció que ordenó a elementos de la Guardia Nacional, abandonar la plaza en Chilpancingo, Guerrero, ante la amenaza de que llegarían como mil o 2 mil delincuentes (no sabe) y no caerían en provocación; nada de diente por diente, ojo por ojo, nos quedaríamos chimuelos; la guardia debe, también dijo el presidente, evitar caer en provocación ¿provocación?, tienen que utilizar más la inteligencia que la fuerza, que no haya enfrentamientos. Estrategia de seguridad, según el responsable de dar seguridad pública; aseguró que en su gobierno no hay impunidad para nadie. Que la violencia viene desde hace varios sexenios ¿No hay impunidad? Es el sexenio en el que mayor impunidad ha existido, la ONU lo ha reconocido.
Por orden del presidente López las fuerzas del orden renuncian a dar la seguridad pública, lo cual significa dejar en total estado de indefensión a las y los mexicanos, abandonarlos en manos de la delincuencia; mientras que los policías garantizan su seguridad personal al huir sin hacer frente al enemigo. La sociedad que se quede sin respaldo, sin apoyo.
Por eso la delincuencia se disputa abiertamente las “plazas”, las bandas delincuenciales saben que no hay fuerza pública que los enfrente y el presidente lo confiesa; avisa a los delincuentes que su gobierno no los enfrentará con la fuerza pública a balazos; así que, los delincuentes cobran piso, cobran por cosechar cualquier producto agrícola, matan sin problema alguno, destazan a sus enemigos, extorsionan, secuestran, desaparecen personas, queman casas y vehículos, cierran carreteras o se apropian de grandes extensiones de tierras y casas.
La irresponsabilidad del presidente en su máxima expresión, conducta delincuencial al abandonar su función pública; incumplir sus atribuciones públicas. Conducta evidentemente delincuencial, según el Código Penal federal. Los miembros de la Guardia nacional, militares y marinos hacen lo mismo. Los 3 grupos de seguridad abandonan a la población, todo para evitar confrontación con los delincuentes, mientras que ellos se apoderan violentamente de todo lo que puede; han ampliado sus territorios.
¿Dónde quedó la promesa de AMLO de reducir la violencia? Sigue culpando al pasado de la violencia que su gobierno alienta. Ni en medio año, ni en un año ni en 2 años, resolvió el problema según su promesa. Vuelve a culpa al pasado ¿Para qué gobierna si no cumple con su responsabilidad constitucional? Prefiere responsabilizar a otros de su fracaso. A 5 años 3 meses el fracaso de su gobierno es total y rotundo en materia de seguridad pública; espanta el displicente cinismo del presidente López. Los legisladores federales y locales le abrieron legalmente las puertas y le obsequiaron todo lo que pidió; presupuesto multimillonario, inmuebles, elementos humanos y 3 enormes corporaciones “policiales” (Guardia Nacional, Ejército y Marina); medio millón de elementos de seguridad y el fracaso es evidente rotundo. “Todos permisivos en el combate a la delincuencia”.
Luego vendrían más desatinos presidenciales. Una vez que le autorizan el uso de las Fuerzas Armadas Permanentes para combatir a la delincuencia, resulta que ocupa a miles de elementos de la Fuerzas Armadas, en funciones que corresponde a los civiles. De tal suerte que esa enorme fuerza militar la entretiene haciendo negocios, atienden línea aérea civil, un tren, construcciones, en la administración de aduanas, puertos y administración d aeropuertos. Todo lo ha militarizado el presidente.
La última actividad que se le ocurrió (administra por medio de ocurrencias) endilgar el presidente a los militares, fue la reparación de carreteras federales, bajo la falacia de que, los civiles son corruptos y los militares ¿no? Otra más de sus tantas mentiras. Los militares han tenido que subcontratar para cumplir con lo que ellos no pueden ejecutar. Lo mismo será con el mantenimiento de carreteras ¿Tiene el ejército plantas de asfalto? No. Entonces subcontratará ¿Tienen el ejército plantas trituradoras de piedra? No. entonces tendrá que sub contratar. Aquí es en donde entra el tráfico de influencias de los hijos del presidente López. Seguirán haciéndose más millonarios, más aún cuando no hay ni licitaciones, todo es asignación directa y de seguridad nacional. La mejor manera de hacer negocios del gobierno de AMLO.
Así las cosas, queda claro que el gobierno de la cuarta transformación, renunció a brindar seguridad pública y dejar de cumplir con la Constitución.
No es especulación, no, es confesión de Andrés López Obrador. No en balde en el periodo de su gobierno se rebasaron los 180 mil homicidios; más de 40 mil desaparecidos y un centenar de periodistas y políticos asesinados ¿Qué no hay impunidad? Por supuesto que existe impunidad ¡Licencia para matar y delinquir!
El gobierno de López Obrador, por órdenes precisas de él mismo, responsable de brindar seguridad pública, prefirió perseguir a sus enemigos políticos, y no a la delincuencia organizada y desorganizada. Estos gozan de licencia de corso: permiso para delinquir.
Y así quiere su candidata continuar con la misma política de inseguridad y permisividad a la delincuencia.
Por cierto, en entrevista que le hicieron a la “corcholata” sobre el tema, la señora simplemente divagó, evadió dar una respuesta contundente. No quiere enfrentar a su permisivo presidente. La señora no sabe qué hará en el muy, pero muy remoto supuesto de llegar a ganar.
De ahí la enorme preocupación de los legisladores norteamericanos que piensan autorizar a su ejército intervenir en territorio nacional para combatir a la delincuencia organizada. Su seguridad nacional amenazada por culpa de AMLO.
24
Feb 24
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