[Tras la Verdad] AMLO divide a países amigos de México

Las reglas del Derecho Internacional son simples. Respeto mutuo. Ya lo dijo el Benemérito de las Américas: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Luego entonces, ¿por qué Andrés Manuel López Obrador se ha empeñado en entrometerse en las decisiones del gobierno de Bolivia? Lo mismo ha hecho el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.

Por ello no debe sorprender la respuesta que dio Jorge Quiroga, expresidente de ese país y delegado. En conferencia de prensa, el exmandatario boliviano dijo que el presidente de México “ha decidido ser el padrino de los tiranos latinoamericanos y usted es un cobarde matoncito, porque lo hemos visto pasar vergüenza, arrodillado ante Trump, que le pone exigencias, que lo obliga a deportar a centroamericanos y que le está metiendo inspectores laborales hasta en el baño de su departamento". Así de fuerte fue la respuesta del delegado del gobierno boliviano por la intromisión de López Obrador en los asuntos internos de aquel país sudamericano.

Desde la renuncia de Evo Morales al gobierno de su país, por aquella fraudulenta elección al cuarto mandato, López Obrador empezó a entrometerse, ofreciendo asilo al renunciante, derivado de la exigencia de mandos militares, a lo que llamaron como “golpe de Estado”. Evo renunció, no fue obligado; Morales se quedó sin el apoyo del ejército y de su pueblo.

Luego de la renuncia, Ebrard empezó a calificar al nuevo gobierno interino de Bolivia, como “gobierno de facto”; siguió reconociendo a Morales como el Presidente de su país. Recordemos que Evo Morales salió huyendo de su país y Andrés Manuel, solícito, envió un avión del Ejército Mexicano hasta Bolivia; aeronave que evadió varios espacios aéreos de países que le negaron el tránsito aéreo a Evo Morales; el periplo trajo como resultado la llegada de Evo, arribando como todo un héroe, fue recibido por el secretario de Relaciones Exteriores. Solo faltó que le hicieran los honores.

López Obrador brindó todo su apoyo como jefe de estado, cuando el mismo Evo ya había renunciado al cargo. Ordenó darle desde guardias de seguridad, aposento, alimentos y espacios para conferencias de prensa; para, desde México, hostigar al gobierno interino y llamar a incendiar a su país ¡Fue un insulto a los bolivianos! Incluso la señora responsable de la CNDH Rosario Piedra, que nada tenía que hacer en el asunto internacional, brindó el apoyo al renunciante. Así los actos de intromisión abusivos de funcionarios del gobierno de México, en los asuntos internos de Bolivia.

Evo Morales se movía por el territorio mexicano con todo el apoyo presidencial. Mientras Marcelo Ebrard seguía descalificando al gobierno interino de Bolivia. ¿Acaso esa actitud beligerante no es violar las reglas del Derecho Internacional? No conformes con lo anterior, López Obrador, ordenó dar “asilo político” a delincuentes que son reclamados por la justicia boliviana, por diversos delitos cometidos en su país. Giraron las fichas de la Interpol para su captura; en tanto el gobierno de México arropó a los delincuentes. ¿Acaso el gobierno de México decide quién es inocente y quién es culpable? ¡Su obligación es entregar a las autoridades que los reclaman, no proteger a los delincuentes! Ese es el Derecho Internacional.

Desde España trascendió la noticia de la “fuga” de Evo Morales hacia Cuba, para después volar al país de Argentina. Las autoridades mexicanas se mostraron “sorprendidas”, no atinaron a responder con verdad inmediata, tuvieron que buscar subterfugios semánticos para suavizar la noticia que se dio desde Europa. Ni Andrés Manuel López ni Marcelo Ebrard, hablaron con la inmediatez ni claidad sobre la verdad (siempre lo hacen). Fue después de sucedidos los hechos. No es posible que un “asilado político”, a quien califican como Presidente de Bolivia, se haya ido por la “puerta de atrás” sin que se dieran cuenta. ¿Evo voló en avión comercial y no se dieron cuenta?

Curiosamente, un día antes había llegado a México el fiscal de los EU, conversó con el secretario de Relaciones Exteriores (no con el fiscal Alejandro Gertz Manero, a quien olímpicamente ignoraron). Unas horas después, literalmente salió huyendo de México Evo Morales. La ficha de la Interpol ya se había distribuido. ¿Qué sucedió en realidad? El gobierno de López Obrador ha sido demasiado solícito a los pedimentos de Donald Trump, de tal suerte que solo hay que imaginar un poco lo que acordaron para que se fuera Evo. México, era el trampolín de desestabilización del gobierno provisional de Bolivia, en tanto que EU, apoya al gobierno que encabeza Jeanine Áñez, quien, por cierto, convocó el pasado mes de noviembre a nuevas elecciones para el año próximo, dejando sin efecto las elecciones fraudulentas de octubre pasado en las que Evo Morales se reelegía por cuarta ocasión.

Ante la crisis diplomática creada por Andrés Manuel López Obrador, entre los gobiernos de México y Bolivia, que no entre los pueblos (como pretenden hacerlo creer), el mismo Presidente de México, se lavó las manos al expresar: “Vamos a esperar para que este asunto diplomático se resuelva, no vamos a engancharnos en dimes y diretes, no está a nuestro nivel". Sin embargo, el entrometido del presidente de la SCJN, ministro Arturo Zaldivar Lelo de la Rea, por medio de un tuit dijo: “Respetando la independencia judicial y la división de poderes, cuando se ataca e insulta al Jefe del Estado Mexicano, todas y todos los mexicanos debemos estar unidos. Hacia el exterior no hay división que valga. Mi solidaridad personal con el Presidente López Obrador”.

El mundo se le vino encima en críticas por su aberrante intromisión en asuntos de gobierno, a grado tal que volvió a enviar otro twit, para justificar que “su opinión es a título personal”. Nada tenía que hacer en un conflicto entre López Obrador y el gobierno interino de Bolivia. ¡Las críticas lo callaron! Ebrard hizo otro tanto, convocando a la unidad de los mexicanos, también recibió miles de críticas al respecto; no falta razón a quienes expresan que el conflicto se deriva por el “boquiflojo” de López Obrador, además por proteger a un delincuente, según el gobierno de Bolivia.

Total, Evo Morales salió huyendo de México y el conflicto persiste. La misma OEA descalificó los resultados de la cuarta elección de Evo Morales, calificándola de ilegal. Curiosamente el gobierno de la 4T, que se ha encargado de dividir permanentemente a los mexicanos, ahora pide unidad ante el Presidente de la República, todo por su intolerable intromisión en asuntos de otro país.

Reitero, las reglas del Derecho Internacional son muy sencillas y López Obrador las ha quebrantado, confunde la política interna con la internacional, de ahí la natural reacción del gobierno boliviano. Si Amlo se dice juarista, debiera empezar por respetar la sentencia que el entonces Presidente Benito Juárez, quien dijera en el año de 1867: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.







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