Los partidos integrantes de la coalición Va por México, PANPRIPRD, es decir, lo que antes conocíamos como derecha, centro e izquierda, y teóricamente distantes, anunciaron que participarán juntos en 4 de 6 estados donde se organizarán elecciones para gobernador en 2022, dejando por definir si lanzan o no una candidatura común en Oaxaca y Quintana Roo.

Ya se puede vislumbrar lo que viene para 2022 en torno a las elecciones en 6 estados, pues en por lo menos en 4 van juntos PAN, PRI y PRD, el primer paso ya lo dieron en Aguascalientes.

La elección de candidata del PAN-PRI-PRD en Aguascalientes, la designación de una panista, confirma la mezcolanza, la alianza pragmática-electoral de estos tres partidos, y tiene daños colaterales en Querétaro y en el mismo Aguascalientes.

Pese a todos sus detractores –entre ellos el exgobernador queretano, Pancho Domínguez, y el aún gobernador de Aguascalientes–, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, logró que su abanderada para la gubernatura de Aguascalientes, la diputada Teresa Jiménez Esquivel, se quedara con la precandidatura al superar en todas las encuestas a su contrincante, el senador Antonio Martín del Campo, que, dicen, ya firmó un convenio –a ver si cumple– con el que se compromete a no correr a los brazos de Movimiento Ciudadano y seguir en el partido.

La candidatura de Teresa Jiménez es un duro golpe para el panismo queretano que controla en la entidad el PAN y parte del gobierno del estado, para Pancho Domínguez, que recio y quedito ha venido manifestando su oposición a la dirigencia nacional del PAN, y ha propuesto la “vía queretana” para recuperar los espacios electorales perdidos. Además de que va en contra de las alianza con el PRI y PRD.

Y un duro golpe para el actual gobernador de Aguascalientes, conocido opositor de Marko Cortés, y que seguro estamos no se va a quedar con los brazos cruzados; y bueno, tal vez Movimiento Ciudadano pueda dar la sorpresa en esa entidad en el 22.

Sin embargo, en Aguascalientes salió adelante la propuesta de Marko Cortés, y el panismo va en alianza con sus antes enemigos declarados ideológicamente.

El dirigente de Acción Nacional, Marko Cortés, ya había revelado que inicialmente –Va Por México– estarán apostando por los estados de Aguascalientes –ya firmado–, Durango, Hidalgo y Tamaulipas, entidades que exigen tener firmados, antes del dos de enero, los convenios de coalición electoral.

Creen que solo así, entre tres, esta oposición podría dar la lucha en la contienda electoral. Ganas, tienen, fuerza electoral, quién sabe.

Pero las traiciones van a estar al día, y veamos por qué.

De Aguascalientes ya señalamos que el gobernador no se va a quedar de brazos cruzados y seguro mete la mano en la elección, y no precisamente por la candidata del PAN-PRI-PRD.

Seguimos con Alejandro Moreno, Alito, dirigente nacional del PRI.

Se ve a leguas que doblarse ante el poder presidencial –sin importar Va Por México– es la nueva ideología del PRI adoptada en su 23ª Asamblea Nacional. “Darle una patada al neoliberalismo que nos impusieron desde el poder”, como dijo el inefable Rubén Moreira, es un acto de rendición para que no les investiguen sus corruptelas.

Ese es el PRI del siglo XXI. Sus dirigentes tienen miedo y con razón de ser llamados a cuentas, aunque en la conciencia de la mayoría de los mexicanos están sentenciados: corruptos.

Es el partido político con mayores negativos en el país, y con ese partido va en alianza Marko Cortés.

Además, Alejandro Moreno Cárdenas anda sobrado y ya se siente candidato en 2024 a la Presidencia de la República, y al final, puede no ser totalmente su culpa. Ya lo habíamos dicho que le llenan eventos con gente que le grita ¡presidente, presidente, presidente! y él termina por creérsela.

El PRI que representa Alito piensa que tiene una oportunidad rumbo al 2024 –por encima de la actual alianza con el PAN– cuando en realidad, no tienen ni segura la elección en el Estado de México para 2023 –la más importante después de la de presidente–, que ya desde hoy se ha convertido en un infiernillo de patadas bajo la mesa entre los grupos del gobernador Alfredo del Mazo y los priistas del CEN, pasando por la intención del PAN para que sea de ellos, y no del PRI, el candidato de una posible alianza.

De Marko Cortés, los priistas y perredistas, así como un gran sector de distinguidos panistas, desconfían. Y es que por primera vez desde que Andrés Manuel López Obrador llegó a Palacio Nacional, hace tres años, el gobierno que encabeza abrió el diálogo con un partido de oposición: el PAN.

Doble filo para el PAN; presume Marko Cortés, líder nacional del PAN. el primer acercamiento con el gobierno, pero no deja de imprimir un tono de queja: “Después de 3 años, hoy se inaugura el diálogo político con el régimen morenista. Acción Nacional participará con la firme intención de mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas, sin claudicar a nuestros principios”, dijo.

Lo que no puede ocultar es que han pasado tres años injuriando, calumniando, votando en contra de cualquier iniciativa del actual gobierno y hoy se sientan al diálogo.

Lo que piensa el panismo de las decisiones en su cúpula es que los dejaron solos, y se ven traicionados, pero no solo los panistas lo ven así, también los priistas y los pocos perredistas, es decir “Los Chuchos”, los “aliados electorales” del PAN en por lo menos 4 estados donde habrá elecciones en el 2022. Y eso cuesta votos.

Del PRD no hay nada que decir, son los zombis de Sahuayo.

Así la mezcolanza electoral va a estar llena de “buenas noticias” y de muchas, pero muchas traiciones, mientras en Morena las tribus se pueden destrozar internamente, pero saben que no pasará nada porque con esa oposición no requieren hacer mucho para ganar.

Al tiempo.

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