La calidad del agua en Europa mejora paulatinamente gracias al tratamiento de las aguas residuales urbanas y a la reducción de la contaminación proveniente de la agricultura.
Recientemente, la Comisión Europea y los estados miembros realizaron un exhaustivo informe, cuyos resultados demuestran que la calidad del agua en está mejorando, aunque los problemas persisten en los 130 mil cuerpos de agua contabilizados en la Unión Europea.
Destacan la contaminación química, la presión excesiva por parte de la agricultura y los miles de obstáculos para el flujo natural de los ríos. La Comisión también entiende que hay que abordar los problemas en el origen y mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos.
“Enfrentamos también nuevos desafíos, como los contaminantes emergentes, productos farmacéuticos, plásticos y microplásticos, de los cuales acaban en el mar entre 150 mil y 500 mil toneladas anuales”.
Además, el cambio climático tendrá graves efectos negativos sobre los ecosistemas y la salud humana y agravará los impactos asociados a fenómenos extremos como sequías e inundaciones.
De la misma manera, prevé también que en un futuro próximo Europa se preocupará aún más por la cantidad del agua limpia disponible para sus habitantes.
Para asegurar la salud de los ciudadanos europeos y del planeta, la Comisión Europea trabaja en lo que la presidenta Ursula von der Leyen ha llamado el Pacto Verde Europeo, entre cuyos objetivos destacan liderar los esfuerzos mundiales para reducir la pérdida de biodiversidad y avanzar hacia un objetivo cero en materia de contaminación.
La Comisión Europea quiere un cambio social para que Europa sea líder mundial en economía circular y tecnologías limpias, elementos clave para desarrollar el futuro modelo económico, social y ambiental del continente en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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