El domingo próximo, 19 millones 777 mil 329 electores podrán acudir a las urnas a elegir 3 gobernadores, 55 ayuntamientos y 270 diputados locales en cuatro estados de la República Mexicana; Coahuila, Nayarit, Veracruz y Estado de México.
Las quejas de siempre no se han hecho esperar por parte de candidatos y candidatas; que si habrá robo de urnas, que si comprarán votos; etcétera. Todos saben hacer exactamente lo mismo, ninguno de los contendientes se puede decir inocente de las triquiñuelas que saben hacer en los procesos electorales. Los políticos mexicanos, entre mentiras y verdades a medias, saben bien cómo hacer trampas. Pero hay que culpar a los otros.
Las leyes electorales, todas, se han modificado hasta el cansancio para evitar trampas, pero los políticos son los mismos y saben cómo hacerlas; conocen la manera de burlar la ley para conseguir su objetivo. Y no le temen a la justicia penal, se han creado delitos electorales y aún con todo y ello se arriesgan a meter mano ilegalmente el día de la jornada electoral.
El “chiste” es que no los sorprendan, así que todo queda en meras suposiciones; entre gitanos se leen las manos. Ahí tenemos como muestra clara a López Obrador, que anda en campaña para la Presidencia de la República y aprovecha las campañas locales para promover y promover su imagen. Ni el INE es capaz de impedírselo y es seguramente lo que quisiera Andrés Manuel, para seguir con su lluvia de acusaciones en contra de los corruptos; seguramente calificaría al INE, de arbitrario, de intransigente, de represor y acudiría a las instancias internacionales para levantar su denuncia acusando al gobierno mexicano de intolerante y represor. Por eso lo toleran hasta el cansancio.
Las corruptelas también ocuparon los mayores espacios en los medios de corrupción. Primero fue Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN, a quien se le acusó de haber abusado de casi mil millones de pesos del presupuesto público en su beneficio y el de su familia. Acudieron a la PGR, para que la deslindara de responsabilidad; la institución dijo que no había investigación en su contra. Lo cual por supuesto no la exime de responsabilidad.
Le siguió la Maestra Josefina Gómez, candidata de Morena en el Estado de México, quien siendo Presidenta Municipal de Texcoco, abusó del presupuesto municipal, descontando dinero a los trabajadores para dárselos a su partido político. El PAN lo demostró con escritos de los descuentos y depósitos a favor del líder de Morena en el Estado de México.
Por si no fuera poco lo anterior, Eva Cadena, que parecía lejana, diputada local de Veracruz, candidata a presidenta municipal; es ahora juzgada en juicio de procedencia por recibir dinero mal habido para Andrés Manuel López Obrador. Fue captada cuando recibía fajos de dinero, imágenes que se difundieron en los medios masivos de televisión y redes sociales. Eva Cadena tuvo que renunciar a la candidatura. Y cuando todo parecía que había pasado, la misma Eva Cadena, inculpa a la diputada federal de Morena, Rocío Nahle; la cadena de complicidades y de corrupción se extiende. Así que doña Rocío salió a la palestra de la Comisión Permanente del Congreso para, desde ahí negar los hechos y echar culpas al gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes y a la hermana del Fiscal de Veracruz, como la autora de la entrega de los dineros. Se investigan los hechos.
Andrés Manuel, acostumbrado a sacudirse los problemas de recaudación de dinero, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, dijo que se trataban de “un cuatro”; y sí, fueron cuatro videos en los que Eva Cadena, recibió dinero para –supuestamente- Amlo y su campaña a la Presidencia de la República. El irascible de Andrés Manuel que acusa a todos de corruptos, menos él y sus compinches, también salió con problemas con los medios de comunicación al calificarlos de vendidos todos aquellos que no hablen bien de él; el caso más dramático fue el que escenificaron él y Pepe Cárdenas en su programa televisivo y radiofónico.
Siguieron las presiones de López Obrador, para que todos los candidatos declinaran a favor de su candidata, la que él impuso y la que abusó del presupuesto del Municipio de Texcoco. El único que aceptó fue el candidato de “papel” del PT, de cuyo nombre no me quiero acordar. Este sujeto fue gravado días antes criticando acremente a López Obrador, por sus actos abusivos y autoritarios, gravación que también se dio a conocer. El resto de candidatos no hizo caso a López; por el contrario Juan Zepeda, candidato del PRD, reviró y le dijo a Amlo que declinara en su favor Delfina, ya que él es mejor candidato. Y sí, Juan resultó una buena sorpresa. Conclusión, Andrés Manuel, calificó de paleros a los candidatos del corrupto régimen; que los de Morena son los buenos y el resto son los malos, el maniqueísmo de López en su máxima expresión, robándole los espacios a los candidatos oficiales para él constituirse en el orquestador de todo; 60% de las campañas fueron cubiertas por Amlo, el resto por sus candidatos.
El Estado de México robó los reflectores a las otras elecciones. No se acordaron de Coahuila, en la que al parecer ganará el PAN, aunque el PRI no se deja, los Moreira parece que perderán; en Nayarit, también esperan que el PAN triunfe en las urnas, el PRI, deja mucha corrupción en el camino, causa de la inminente derrota; y Veracruz con pronósticos reservados en los 212 ayuntamientos en juego. Las agresiones y las corruptelas fueron lo que más destacó en estos cuatro procesos electorales de campaña; a partir de mañana jueves uno de junio, todos los participantes en las contiendas deben guardar silencio para que, según la ley, el electorado madure su decisión y reflexione por quién votará el domingo próximo.
Ahora los partidos políticos estarán puliendo sus equipos de movilización, a sus mapaches –todos tienen-, los dineros para los trabajos de estos tres días. La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, deberá estar muy al pendiente, dado que es la única instancia que podrá conocer de las denuncias, además de las carpetas que ya elementa; el INE también deberá hacer otro tanto para evitar que las jornadas electorales no se descompongan, en colaboración con las Oples. Se espera la judicialización de los procesos electorales, ante el reconocimiento de las próximas derrotas de unos y el triunfo de otros.
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