Andrés Manuel López sigue siendo el mismo irascible, intransigente y el autoritario de siempre. Durante los más de 12 años que llevaba de campaña “furtiva” con apoyos económicos de diputados, senadores, regidores, presidentes municipales, incluso gobernadores –de su partido-, además de donadores anónimos, aunque agresivo con algunos de sus mensajes pagados con el presupuesto del INE, como aquel de “puercos, cochinos y marranos”, aludiendo a sus opositores; se venía comportando más o menos con apariencia de conciliador, moderado, apacible, bueno incluso con actitudes de religioso que logró convencer de su “conversión” de comportamiento y personalidad. Sin embargo, en los primeros 16 días de campaña “formal y legal”, volvió a las andadas y regresó la real personalidad de Andrés Manuel, que se caracteriza por ser irascible, contestatario, autoritario, caprichoso, alevoso, dejando al descubierto esa clara aversión que tiene en contra del capital, consecuentemente en contra de los empresarios y no perdonó a Carlos Slim, que lo haya contradicho con el asunto de la inversión y construcción del nuevo aeropuerto internacional, habiéndolo calificado como emisario de Carlos Salinas de Gortari y de Enrique Peña Nieto, mentira que ni él mismo se la creyó.
Mostrando su clara inconformidad en contra del empresario mexicano le dijo que, si estaba interesado en el aeropuerto, que él mismo lo “fondeara” y le daba la concesión. Aunque para matizar un poco el asunto, dijo que Carlos Slim, era un buen hombre; y este por supuesto que defiende la construcción del nuevo aeropuerto por la enorme ventaja de inversión y empleos que traerá para millones de familias mexicanas. Y no le falta razón a Carlos Slim. A tal extremo se comporta el enfermizo de Amlo, quien cree que ya es “Presidente de la República” y piensa como tal, que solo espera el trámite del día de la elección y tomar posesión el día 1° de diciembre próximo. A ese grado de soberbia ha llegado López Obrador, en estos pocos días de campaña. Y todo en razón a que las encuestas hoy día lo señalan como favorito. Parece ser que ha olvidado que en las dos pasadas elecciones en las que compitió le sucedió exactamente lo contrario, asumiéndose como ganador anticipadamente, terminó perdiendo las elecciones; eso le ha servido para reclamar el “fraude electoral” que nunca ha podido demostrar y declararse víctima del sistema. Seguramente todos recuerdan cuando se auto proclamó “Presidente legítimo de México” y tomó protesta ante miles de sus seguidores en pleno Zócalo de la Ciudad de México. siempre jugando en contra del sistema establecido, de ahí que aun insista en mandar “al diablo a las instituciones”. Por eso se opone al progreso de México y él se asume con la personalidad de los grandes personajes de México, como Benito Juárez o Francisco I Madero, entre otros. ¿Personalidad dispersa?
De continuar con esta tendencia de confrontación, acorde son su verdadera personalidad –soltó al tigre antes de tiempo- muchos de los potenciales electores indecisos seguramente que no votarán por él ante el peligro real que representa para el progreso de México. el señor López Obrador se opone, como fiel opositor, a los avances en materia de educación, de progreso económico, de inversión extranjera, de reformas estructurales y energéticas, etcétera. Parece que su obsesión por el poder lo hace perder la realidad y se erige como el creador del México antiguo, dado que pretende regresar en el tiempo, según sus propias palabras, al México de crecimiento estabilizador, cuando hubo tremendas devaluaciones más allá del 140%. Se le olvida que las economías cerradas ya no funcionan en ninguna parte del mundo y a ello quiere llevar a los mexicanos para no depender del comercio exterior ¡Eso es imposible! Hoy en día. La imposición de ideas retrógradas es un peligro. Pero miles y miles de sus seguidores, aquellos denominados “pejezombies” parecen no entender ni comprender lo que significa el retroceso. Será porque ese grueso de la población no le interesa la educación y el progreso y solo piensan en los apoyos económicos que recibirán por no hacer nada y nunca han visto un avión de cerca, mucho menos piensan en subirse a uno de ellos o tal vez ´por su extrema ignorancia por no saber lo que es el dar de comer a una población de 120 millones de habitantes, que además reclaman bienes y servicios como ropa, transporte. agua, luz, telecomunicaciones, etcétera ¿Será acaso por eso que no razonan la trascendencia del comportamiento de Andrés Manuel López? ¿Es acaso el hartazgo de esos millones de mexicanos que están en contra de la corrupción e impunidad que los deja sin razón y poco les importa caer al abismo pensando que les irá mejor al recibir dádivas del gobierno producto de los impuestos que pagan los menos de los mexicanos? Recuerden que la riqueza solo se genera trabajando, no hay otra fórmula para ello y si Amlo muestra una vez más su aversión por el empresario y las inversiones de estos en el sector público, lo único que logrará es que esas inversiones se vayan a otros países y allá generen esa riqueza por medio del trabajo.
Las advertencias ya están dadas. Por eso es importante que todos aquellos que tienen capacidad de votar, acudan bien informados a las casillas el día 1° de julio y razonadamente, sin fobias, emitan el sufragio en favor de quien garantice que las cosas mejorarán, sin sueños ni ilusiones vanas que nunca llegarán. Ahí está el ejemplo de la izquierda radical en Venezuela o en Cuba, incluso en Rusia, quien fue desmembrada dado el autoritarismo y falta de libertades que existía, lo que llevó a varios de los países que formaba la Unión de Repúblicas Socialistas, a dejar ese bloque para pasar al mundo libre y de oportunidades; que decir de la unidad de los alemanes que derrumbaron el muro que los dividió desde la segunda guerra mundial. Claro que el capitalismo salvaje tampoco es bueno, ese, al igual que la izquierda radical, debe ser contenido, esa forma de gobierno también liquida libertades y somete a la esclavitud laboral a los trabajadores para recibir miserias de salario que para nada alcanza. Eso tampoco. Por eso surgió la revolución en 1910 y México no merece volver al pasado, como lo propone: “ya sabes quién”.
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