El pasado fin de semana ,los priistas “seleccionados”, sin la presencia de los rechazados, llevaron a cabo su Asamblea Estatal, en la sede ubicada en el Municipio de Corregidora, con miras a la XXII Asamblea Nacional ordinaria que se llevará a cabo el 12 de agosto. Juan José Ruiz, taciturno pareció “planchar la sesión” para que nadie se inconformara por la anarquía que ha provocado desde que asumió la dirigencia estatal.
 
Juan José Ruiz, quien perdiera la elección constitucional en que participara en el pasado proceso electoral y fracasara al frente del programa social más importante del gobierno de José Calzada, llamado Soluciones, ahora hace lo propio al frente del partido que le encargaron cuidar y sacudirlo de todos aquellos priistas que no son afines a los proyectos políticos del grupo en turno, cuyo fin es el de conseguir con habilidad histriónica derrotas electorales, como lo han demostrado durante los últimos procesos electorales en que han participado; hoy son expertos en triunfos por la vía plurinominal, dejando en manos del PAN, los éxitos de la mayoría relativa.
 
Uno de sus objetivos de Juan José Ruiz, está a la vista de todos y cumple bien su tarea, la de desmantelar poco a poco la militancia, de dividir, de fraccionar, de expulsar; de ahí la salida de muchos militantes que hoy se han incorporado en las filas de otros partidos políticos. Los dos nuevos partidos políticos locales se han nutrido de la militancia priista, solo basta ver los nombres de quienes hoy son activistas de los nuevos partidos. Pero, dada la ineptitud y arrogancia de la dirigencia y algunos de sus seguidores, ninguna importancia le han dado a la desbandada de militantes, los menosprecian.
 
Ha sido tanta la torpeza que a cada salida de algún militante, aquellos dan la vuelta para no darse cuenta de los destrozos que causan a su paso. El San Juan del Río, con “mentadas de madres” en contra de la dirigencia estatal que está ávida de quedarse con candidaturas plurinominales, desarrollaron una reunión en la que prevaleció la inconformidad de la militancia. Pero, eso parece importarle poco a quien cobra como dirigente estatal.
 
Y bien, lo más destacable de la Asamblea Estatal que presidió Juan José Ruiz fueron las intervenciones de dos mujeres priistas, de las que por supuesto no estaban consideradas sus participaciones en el orden del día, por lo que el “tacleador” de Juan Carlos Arreguín se lanzó para tratar de derribarlas, sin lograr su propósito, buscó a toda costa que no participaran Tania Jiménez y Concepción Sicilia.
 
Ambas damas levantaron el alicaído ánimo de la asamblea, precisamente por las quejas que lanzaron directamente a la dirigencia. Ambas coincidieron en la falta de democracia hacia el interior; también coincidieron en señalar que los tiempos han cambiado y ya no es el PRI de antes, en donde todos callaban, cabizbajos y sumisos accedían simplemente a lo que la dirigencia decidía y a levantar la mano para aprobar las propuestas que les mandaban desde la dirigencia nacional. Esas intervenciones, dijeron algunos, hizo que la asamblea valiera la pena, no sin antes quejarse de la dirigencia.
 
Otro aspecto que  hicieron resaltar varios de los inconformes, fue la improvisada intervención del dirigente municipal del PRI capitalino, quien portaba y ostentaba orgullosamente una camisa color azul, como aludiendo al partido en el poder; en política las señales son claras manifestaciones de las posturas de combate y los colores son identidad de pertenencia: el color es corazón. A grado tal que el orador tuvo que justificar el color, calificándolo de “ azul deslavado”. Bueno, hizo el intento de ocultar el error.
 
La participación del delegado del PRI, otro desconocido para los priistas dada su gris participación en política quien en representación del Comité Ejecutivo Nacional, realmente no causó mayor emoción ni identificación con los queretanos, dijeron también algunos de los asistentes. De tal manera que Carlos Iriarte Mercado, sin pena ni gloria pasa inadvertido, sin enjundia ni emoción que hiciera romper la monótona sesión. Al igual que en la dirigencia nacional, las cosas están que arden. ¿Será por eso su tibia postura?
 
Una muestra más de la inexperiencia, ineptitud y apatía de la dirigencia estatal a cargo de Juan José Ruiz, fue la declaración que diera la semana pasada el Presidente Municipal de El Marqués, Mario Calzada Mercado -en donde el domingo pasado ejecutaran a cuatro personas a balazos- quien abiertamente, sin ambages ni reglas que lo regulen, dijo que quiere al menos la reelección o la candidatura al Senado de la República. La desesperación los alcanzó. La dirigencia municipal de Querétaro no ha podido ser resuelta y funcionan con una dirigencia interina y en el resto de los comités han puesto a quien les ha venido en gana para garantizar sumisión en el momento de la toma de decisiones.
 
Conclusión. Juan José Ruiz Rodríguez ha cumplido bien con su encomienda, su papel de oposición inerte que nada hace, no critica, no propone, no impulsa; no acompaña a la sociedad en sus problemas, no abandera las causas populares, en tanto da muestra clara de sumisión al poder y así va consiguiendo su objetivo: debilitar al PRI para que no sea opción de triunfo en el próximo proceso electoral. Él y su grupo van en busca de las posiciones plurinominales y van bien. Total, a nadie le rinden cuentas.

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