Duran más las conferencias mañaneras que el contenido del segundo informe del estado general que guarda la administración pública federal. Nada nuevo podía informar el Presidente de la República. Por lo tanto, nada importante podemos desprender de lo dicho por López, excepto su insaciable apetito por el dinero público.

Además, que en esta fecha fue despedido otro grupo de burócratas bajo el pretexto de lograr más economías, ahorros que consume la clientela política cooptada en los programas sociales y las obras públicas que se llevan otra gran parte de los ahorros, mientras el funcionamiento del gobierno es cada vez más ineficiente, trabaja apenas con el 15 por ciento del presupuesto aprobado. Eso es digno de resaltar, la ineficiencia de un gobierno a punto de la inanición, el Presidente todo engulle, so pretexto de encabezar un gobierno austero y el combate espiritual a la corrupción.

La danza de los millones de pesos se pierden en el vaivén de los movimientos del “baile” impuesto por López. En septiembre del año pasado dijo haber ahorrado 145 mil 614 millones de pesos, su meta era quitar del gasto al gobierno federal 200 mil millones de pesos. Al final nadie supo cuánto ahorró y a dónde fueron a parar esos miles de millones de pesos. No le alcanzó lo presupuestado ni sumando los ahorros que literalmente se “tragó”; tuvo que echar mano de otros miles de millones de pesos del “guardadito”, consumió otros 120 mil millones del fondo de estabilidad económica. El consumo no programado, extra, para mejor entendimiento, fue de 320 mil millones de pesos más. ¿Todo para qué?

Su gobierno cada vez peor, nada resuelve, todo lo complica. Una respuesta simple podría ser la “inyección” incontrolable a fondo perdido para Pemex y la CFE, ahí puede perder todo el dinero sin que haya reclamación. De los 260 mil 184.9 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización, el secretario de Hacienda afirmó que solo dejarían 30 mil millones de pesos. ¿Y el resto? ¡Ya no existe!

Para marzo de este año, López consideraba otros 400 mil millones de pesos más para atender la contingencia que nunca pudo controlar. Ese dinero, dijo entonces, le ayudaría a seguir apoyando sus programas clientelares y enfrentar la caída del precio del petróleo. Nadie duda de la “honestidad valiente” de Andrés Manuel, simplemente dispone a su antojo del presupuesto público. Luego dijo que serían 622 mil 556 millones de pesos los que se ahorrarían con las medidas draconianas impuestas a su gobierno, al reducir el 75 por ciento el funcionamiento del aparato burocrático.

En su informe aseguró haber ahorrado 560 mil millones de pesos en lo que va de su administración. Total, las cifras no cuadran por más sumas, restas y multiplicaciones. Los miles de millones de pesos manipulados como si de dulces se tratasen. Sin embargo, deja en claro que el dinero lo siguen consumiendo sus programas clientelares y sus obras. ¿Acaso no se programó desde un principio en el Decreto de Presupuesto de Egresos de la federación? Claro que desde entonces se aseguraron las cantidades que requeriría para ello.

Luego, ¿dónde van a parar los miles de millones de pesos extra? Para colmo, sus programas clientelares han sido un fracaso; los árboles que siembran no crecen, se secan, así lo denunció el responsable del programa; los jóvenes construyendo el futuro, apenas con el 22 por ciento de éxito, el resto dinero para mantener a los jóvenes que necesitará para las elecciones del año venidero o para sus encuestas.

Con la “desaparición” de ocho subsecretarías se embolsará otros miles de millones de pesos, no se ha dicho cuánto, pero se quedará con esos dineros para sus trampas. Nunca jamás nadie había manejado arbitrariamente miles de millones de pesos sin entregar buenos resultados. El gerente general resultó un inepto, entre más dinero recibe, más gasta y menos resultados positivos entrega. Todo anda mal en su gobierno. ¡Ah!, pero López afirmó este día que ha cumplido, en su segundo año de gobierno, con el 95 por ciento de sus compromisos de campaña; el otro 5 por ciento restante está en proceso de cumplirse. ¿Así o más mentiroso? Conclusión, ya puede ir dejando la Presidencia de la República.

López Obrador concluyó con las siguientes mentiras: “No voy a renunciar a mi congruencia ni traicionaré a la sociedad”; “algunos críticos piden que se gobierne de forma distinta, que apliquemos recetas económicas contra las que hemos luchado o que seamos tolerantes con la corrupción, que yo traicione a la sociedad, que renuncie a mi congruencia y eso lógicamente no va a ocurrir, ya está en marcha la nueva política, la austeridad”; “cuando se cumplan dos años, una vez que se tengan construidos los cimientos. Evitar retrocesos implica la revolución de las conciencias, que cuando sea necesario sea para defender lo alcanzado en beneficio del interés público. Sigamos haciendo historia, patria, por nosotros y las nuevas generaciones”.

El cinismo de López alcanzó para fustigar a dos de sus aliados políticos, al fiscal general y al presidente de la SCJN, quienes no asistieron al nefasto informe; les dijo: “Ellos tienen la arrogancia de sentirse libres”. O sea, para Andrés Manuel López, el ejercicio de la libertad es igual o equiparable a la arrogancia. ¡Por favor! Totalmente mediocre el segundo informe de gobierno. Nada que informar al pueblo: solo mentiras.

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