[Tras la Verdad] Hubo chivatazo

El presidente Enrique Peña Nieto volvió a los ajustes en su gabinete por motivos de carácter electoral. Esta vez hizo cambios en tres secretarías de Estado; Gobernación, del Trabajo y Previsión Social y Desarrollo Social.

Una vez más, amigos de José Calzada afirmaron categóricamente que Pepe, como lo llaman sus allegados, también dejaría la secretaría para irse de candidato al Senado de la República. Pero no fue así, resultó un “chivatazo”, degradando al conocido en el medio periodístico como “borregazo”. Apenas hace unos días hicieron exactamente lo mismo en redes sociales como otros aspirantes a cargos de elección locales y frenaron la desenfrenada ambición; incluso hubo quien con arrojo dijo nombres de fórmula para el Ayuntamiento de Querétaro, acompañando fotografías, hecho que indignó a más de algún priista, dado que no hay convocatoria. Pero para los “madruguetes” no hay respeto alguno. Entonces tampoco sucedió nada y las interrogantes se ampliaron sobre la posibilidad del cambio de la dirigencia estatal del PRI; mas nada sucedió, todo volvió a la calma.

Es más, con la visita de José Antonio Meade a Querétaro, los aventureros de la política y agoreros “aplaudieron” al dirigente estatal, asegurando que Meade había quedado fascinado con la organización de los eventos, lo que seguramente le garantizaba una candidatura, lo cual, por supuesto, tampoco es cierto. Las cosas continúan con la misma incertidumbre. Pero son tiempos de especulación, “agandalles”, simulaciones y traiciones como las cometidas por Ricardo Anaya, a muchos de sus compañeros panistas, al dejarlos colgados de la “brocha” esperando el “milagro” de las candidaturas, que ha repartido por cuotas y negociaciones a diestra y siniestra, aprovechando los “palomazos” que se echa con Juan Zepeda -del PRD- durante sus recorridos. Ya en campaña Anaya Cortés aprovecha también para que su familia conozca un poco el México desconocido, dado que sus pequeños radicaban en los EU, por aquello de la inseguridad y sus estudios.

Volviendo al tema. No cabe duda que la “disputa” por la candidatura del PRI al Senado de la República -con sus aliados-, para conformar la fórmula, continúa sin definirse o en la total indefinición, dada la “puja”. Varios y varias quienes persiguen la ilusión de la candidatura, sobre todo la fórmula de mayoría relativa, que en la competencia electoral ofrece dos oportunidades de triunfo a quien la encabeza; como le sucediera en su momento al mismo Calzada, quien perdiendo la elección de mayoría se quedó con la primera minoría e ingresó al Senado, lo que le abrió las puertas para la gubernatura. Para los que aspiran a esa posición bien lo saben, sería la puerta para conseguir, en tres años más, la posible candidatura para la gubernatura del Estado. Son varios nombres de mujeres y hombres para conforma la fórmula; entre ellas se encuentran los nombres de la oportunista Silvia Hernández, quien solo se acerca al árbol cuando da frutos; también está Ana Berta Silva, militante de muchos años con serias y buenas relaciones en la CDMX; también se encuentra Concepción Sicilia, de años de batalla, trabajo partidista desde abajo y poco reconocida su labor política; o Jacaranda López Salas, quien ya fue presidenta municipal de San Juan del Río; etc. Entre los nombres de hombres están el del mismo José Calzada, quien ha sido premiado en exceso gracias a sus relaciones políticas transversales; Braulio Guerra Urbiola, actual diputado federal con trayectoria política a pesar de su juventud; Jesús Rodríguez Hernández, expresidente municipal de Querétaro, diputado local y federal, delegado del PRI en varios Estados, artífice del triunfo electoral de José Calzada a la gubernatura, que logró unir a la militancia, sin embargo por cruzarse en el camino de Pepe, le generó problemas en sus aspiraciones y su equipo de trabajo logró aislarlo para pretender eliminarlo, se les olvidó que Rodríguez logró ampliar también sus relaciones que le han mantenido en el escenario político; también está el nombre de Mauricio Ortiz, amigo personal de Enrique Ochoa, que le abre las posibilidades, un político joven que en pocos años escaló oportunidades que a otros les fueron negadas; también Roberto Loyola, quien dejó malos recuerdos en su gobierno lo que permitió dos derrotas simultáneas, la del municipio de Querétaro y la misma gubernatura y todo por no soltar las amarras de Calzada, incluso no fue capaz de dirigir los destinos del PRI, que a él le tocaba la responsabilidad; y hay más.

De ahí la desesperación de los calzadistas en “aventar el chivatazo” como cierto lo que resultó mentira: la renuncia de José Calzada para irse de candidato al Senado. Claro que también están las senadurías de representación proporcional y para esa repartición falta poco tiempo, esa es para los consentidos de los partidos políticos que les garantiza llegar sin el menor esfuerzo al Senado de la República. Pero, esa candidatura ya no le permitiría a Calzada hacer campaña en Querétaro, seguir moviendo a su antojo los hilos del PRI estatal. Por eso se piensa que la candidatura de mayoría relativa en manos de José Calzada, la perdería, dicen los que saben, por eso no le tocará. Tal vez sea el regalo la de representación social.

Disipadas las incógnitas, aclaradas las dudas y desvelados los “chivatazos y borregazos”, a partir de hoy por instrucciones del Presidente de la República, ya despachan en la Secretaría de Gobernación el Maestro Alfonso Navarrete Prida; en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el Licenciado Roberto Campa Cifrián y en la Secretaría de Desarrollo Social, el Licenciado Eviel Pérez Magaña ¿Qué pasó entonces con la anunciada salida de José Calzada para irse de candidato? Se quedó en una intentona más. La puja por la candidatura de mayoría relativa al Senado continúa, así como todas las demás posiciones federales y locales. Lo que evidente resultó de la visita de José Antonio Meade Kuribreña, a Querétaro, fueron las pasiones, se soltaron las ambiciones personales y de grupo; las lluvias de fotografías llenaron las redes sociales, como para mostrar la fuerza y el vigor de los pretendientes. Los que gustan aplaudir en los medios, adelantan y aseguran candidaturas como si de ellos dependieran; por ejemplo, a Ernesto Luque ya lo hicieron diputado plurinominal, a la segura. ¿Qué número le tocará? Eso no lo dijeron.

Resultó mucho muy interesante y eso evidencia las fuertes divisiones y pujas por las candidaturas, gracias al grupo calzadista, fue la abierta y rara ausencia de los dirigentes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. ¿Por qué su ausencia? Muchos se preguntaban; otros más confiaban en que los ausentes pondrían orden y promoverían la unidad que hoy no existe en Querétaro. A larga distancia pretenden resolver los problemas que solo se resuelven en cada lugar en donde existen. También se especuló que los dirigentes no quisieron acercarse a los reflectores queretanos para no mostrar preferencias, padrinazgos y orfandades, tampoco anticipar juicios. Conclusión. Continúa la incertidumbre: lo otro fue “chivatazos y borregazos”, que, una vez más, desdibujaron a los adelantados.

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