Habiendo concluido la parafernalia sobre las violaciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que ejecutó una vez más el Presidente de la República, al momento de rendir el informe del estado general que guarda la administración pública federal, informe plasmado de mentiras e inconsistencias, los mexicanos regresamos a la realidad muy distinta a la que en el imaginario del Presidente, existe solo en su cabeza.
El Presidente, indebidamente, primero dio lectura a un rosario de inventos, de datos que no es posible comprobar por ningún lado, solo él tiene esos datos, agrediendo a la Constitución, dado que la Carta Magna, obliga al Presidente en turno, a entregar el informe, por escrito, al Congreso de la Unión, que se compone de las Cámaras de Diputados y Senadores; sin embargo, López Obrador, incumpliendo con el mandato, dio lectura a su informe a un grupo de invitados y a muchos de sus empleados, encerrados en Palacio Nacional.
Ya por la tarde, dejando en segundo término el mandato constitucional, la solícita de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, hizo la entrega del documento por escrito que mandata la Constitución, al Congreso de la Unión, representado por ambas mesas directivas, el hasta ahora repetidor de Porfirio Muñoz Ledo y Mónica Fernández (recién electa que desbancó al trepador de Martí Batres), presidentes de las Mesas.
Así el Presidente privilegió su afán de protagonismo al cumplimiento formal de la Carta Marga, que guarda los principios fundamentales de la conformación del Estado Mexicano, de la República Mexicana, en donde se describen las obligaciones para el ejercicio de los titulares de los 3 Poderes de la Unión. Denominar tercer informe de gobierno, al primero en tiempo, fue una idea maquiavélica de distracción, burla y vulneración a las formas, a los tiempos y a la misma Constitución. Los invitados, aunque no eufóricos, muchos de ellos desganados, aplaudieron las mentiras expresadas por Andrés Manuel López Obrador.
A fin de cuentas a él le deben la “chamba” y a él se deben, quien no se alinea a los caprichos corre el riesgo de que le suceda lo que al Doctor Carlos Urzúa, ex Secretario de Hacienda, que renuncien al cargo ante lo evidentes abusos del Presidente, así como de muchos neófitos abusivos cercanos colaboradores, lo denunció el mismo Urzúa en su carta de denuncia y renuncia. Una vergüenza “institucional” y colectiva de todos los asistentes. Permítanme una digresión del tema ¿No les extrañó que el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, lo hayan mandado a una segunda fila de la sillería? Mientras que otros de menor envergadura, como la de la Función Pública, ocupó la primera fila; o los responsables del Ejército y la Marina, sus homólogos en el combate a la delincuencia. Digno de análisis.
“Un delirio estar con Porfirio”, acuñaron la frase en la Cámara de Diputados, ante la impotencia de no lograr los consensos en la designación de los nuevos integrantes de la Mesa Directiva, para el presidir el segundo año del primer periodo de ejercicio constitucional. Reglamentariamente le corresponde al grupo parlamentario del PAN; sin embargo no lograron sumar los votos necesarios para ello, la bancada de Morena no quiere que se cumpla con la normatividad. Son iguales que su Presidente, López Obrador.
La siempre conflictiva de Dolores Padierna, esposa del señor de las ligas, quiere presidir a como dé lugar la Mesa Directiva, justifica la señora, que, ante la nueva realidad de la composición de la Legislatura Federal, Morena debe continuar al frente de la Mesa Directiva. Al no llegar al acuerdo parlamentario y al incumplimiento de acuerdos con el senador Ricardo Monreal, el mismo Reglamento establece que seguirá la misma Mesa Directiva, otorgándose un plazo perentorio de 5 días para destrabar el desacuerdo. Por eso la frase de “es un delirio, estar con Porfirio”. Hubo una gresca interesante en el seno del recinto legislativo, los panistas tomaron la tribuna y exigieron el cumplimiento de su normatividad, no sin antes llenarse mutuamente de vituperios parlamentarios. Los priistas, aun atolondrados y amodorrados de la derrota del 1º de julio del año pasado, apenas atinaron a lanzar a la eterna legisladora Beatriz Predes, para que expusiera la opinión de la escuálida bancada. Por supuesto nadie le hizo caso. Al no serenarse, como se los mandata López Obrador, continuó al frente de la Mesa Porfirio.
La amenaza se cierne, a fin de cuentas si el mismo Presidente de la República, no respeta la Constitución, por qué habrían de hacerlo los diputados de su partido político; pretenden dar el albazo y reformar de manera pronta y expedita, su propia reglamentación interna, la cual entra en vigor de forma inmediata, no requiere publicación en el Diario Oficial de la Federación. De suerte tal que allanen el camino para que sea Morena la que continúe presidiendo la Mesa Directiva y se olviden de la existencia de las otras fuerzas políticas, total, no las necesitan para legislar, ni siquiera para reformas a la Constitución. Así de grotescos se comportan los demócratas representantes populares.
El problema, que es negado por el mismo Ricardo Monreal y echado en cara por el coordinador de los senadores panistas, Mauricio Kuri González, que Ricardo no cumplió su palabra cuando se comprometió a intervenir para que se dieran los mismos acuerdos que en la Cámara de Senadores, todos apoyaron la propuesta de Monreal y quedó Mónica Fernández, candidata del coordinador Monreal, aun en contra de Martí Batres, ex presidente de la Mesa Directiva, al cual literalmente batearon los mismos morenistas. Así de salvajes los demócratas, el “agandalle” para conservar el poder de las Cámaras. Y es que, no solo es la conducción de las sesiones, no, desde la Mesa se “cuece” todo el procedimiento legislativo y no quieren perder ese control los morenistas representados por Dolores (eso pretende la señora), en San Lázaro. Definitivamente los morenistas no le hacen caso a su líder moral (salvo que sean acuerdos sonsos y el Presidente se hace como el tío Lolo), Andrés Manuel López Obrador. Los rijosos no se serenan (como los delincuentes, no le hacen caso a López y no se portan bien) y prefieren andar de trepadores antes que llegar a los consensos.
Todo puede suceder en los próximos días. Sin embargo, seguramente el Presidente de la República meterá mano (debe hacerlo) para serenar a sus homólogos morenistas y bajarlos de su pedestal de trepadores, según calificativos del mismo pacificador de López Obrador. Eso indica la lógica política.
Y así, el primer informe presidencial pasó a un segundo término siguiente día, la estrategia distractora está ahora en las Cámaras. En la de Senadores, si bien fue electa la nueva Mesa Directiva, no olviden que Martí Batres, impugnó ante el órgano de su partico político, por cierto, totalmente incompetente, respecto de los actos realizados en la Cámara de Senadores, ejecutados por su coordinador parlamentario, al cual poco le importó la resolución partidista, concluyó con éxito su maniobra de control político, al imponer a Mónica, a la que sí puede controlar, lo que no podía hacer con Batres, quien, con la “cola entre las patas”, abandonó el recinto. Monreal en lo sucesivo podrá controlar la Mesa y la Coordinación de la bancada de Morena, jaque mate.
En tanto, Martí, la resolución de su partido que tanto presumió, no sirvió absolutamente para nada. ¿Qué hará Batres? ¿Se quedará con los brazos cruzados y aceptará el madruguete de su compañero? Por lo pronto, Monreal y su grupo llamado “burbuja” por el mismo Batres, demostró que tiene el control en la Cámara de Senadores, se sacudió al incómodo compañero de su partido.
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