Andrés Manuel López Obrador y los miembros de su “gabinete virtual”, poco a poco ha ido desdibujando el “statu quo” y pretender dar forma a lo que será el nuevo gobierno a partir del 1º de diciembre próximo. Hasta ahora, la gran mayoría de aquello que se aprecia será la nueva forma de gobernar, desdibuja todo el andamiaje que pone en peligro la viabilidad del funcionamiento eficaz y efectivo del servicio que debe prestar el gobierno federal a los mexicanos. No hay una clara definición del cómo, sí de lo que pretenden, lo cual no resulta nada congruente; todo lo han justificado con el desproporcionado ahorro que harán con las 50 medidas administrativas y otras acciones más.
La idea por demás populista de que el Presidente de la República, no Andrés Manuel López Obrador, carezca de seguridad, resulta incomprensible, más con la declaración del Presidente virtual, cuando afirma que el “pueblo lo protege”. Eso nadie lo puede creer, mucho menos con la ola de violencia que vive el país. Es fundamental resguardad la seguridad del Presidente de los mexicanos, llámese como se llame quien encarna la figura. México no puede desprenderse de las medidas de seguridad que requiere un mandatario de la envergadura de México ¿No lo merece ninguna confianza el personal del Estado Mayor Presidencial? ¡Qué lo diga López Obrador! ¿Quiere a su grupo de “gacelas” que lo cuidaban cuando fue Jefe de Gobierno del DF? ¿Qué lo diga! Pero no puede jugar con la seguridad del Jefe de Estado, propiciando la inseguridad de la institución presidencial. El pueblo tiene del derecho de saber el por qué no le merece confianza el personal del Estado Mayor Presidencial o los porqués de la desconfianza ¿Simple populismo para romper con el “statu quo”?
¿A quién le parece sensata la descentralización de las Secretarías de Estado? Solo a López Obrador y su gente que replica lo que él dice, se mimetizan y dan la misma receta. El simple movimiento de miles de familias y el equipo de trabajo ya representa en sí un enorme gasto. Se les olvida que hay una Ley Federal del Trabajo y Contrato Colectivo de Trabajo, que protege a esos miles de burócratas ¿Acaso no les interesa el respeto a los derechos laborales de los trabajadores? Moverlos de su base laboral para cambiarlos a cientos de kilómetros de distancia, no es cualquier cosa, ya tienen derechos adquiridos los trabajadores. Sin embargo, parece no importarles nada, como si el triunfo electoral les diera el derecho de hacer y deshacer, violando derechos de toda naturaleza. Seguro que sus “abogados” le advirtieron, pero la impertinencia y tozudez pesan más que cualquier derecho. Hasta ahora no han informado el costo que tendrá el mover a esos miles de empleados, rentar nuevos edificios. Tampoco han dicho el costo que tendrá para cualquier persona que pretende visitar la Secretaría de Turismo, que será trasladada al extremo sur del Territorio Nacional, lugar que no cuenta con la infraestructura para atender a los visitantes ni a los nuevos ciudadanos que radicarán en ese lugar. Solo hablan y hablan de ahorros.
Otro ejemplo extremo y sin fundamento es de la hasta hoy legisladora federal Rocío Nahle García, que encabezará la Secretaría de Energía y quien de manera desparpajada pretende ahorros de miles de millones por el solo hecho de no comprar computadoras y no prender el aire acondicionado. ¿De dónde tanta tontera? No paso por alto que la señora trabajó el Pemex y es Ingeniera Química. Algo le sabe, aunque nadie sabe por qué la despidieron. Ahora agreguemos al equipo de esta señora al inepto de Manuel Bartlet Díaz, al frente de la Comisión Federal de Electricidad, cuando en su vida ha cambiado un foco. Claro que los defensores de inmediato atajan y argumentan que tendrá buenos directores que hagan el trabajo ¡Ah bueno! ¿Dónde quedó entonces el acabar con la corrupción? Contratar a quien no sabe nada del área que va a dirigir, ineludiblemente es corrupción. Por supuesto que sí. Quien será el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, tampoco sabe nada de energéticos, es Ingeniero agrónomo de profesión y académico, ocupó diversos cargos en el PRD, fue dos veces candidato a presidente municipal y se le relaciona con nepotismo y corrupción. Sin embargo, será el responsable de conducir la construcción de una nueva refinería para el año próximo y extraer a como dé lugar más petróleo y gas del subsuelo para ello le darán 75 mil millones adicionales a lo presupuestado para que cumpla con sus metas; rehabilitar las actuales refinerías para que produzcan más gasolinas y diésel con 49 mil millones de pesos. Por dinero no hay problema, parece que les va a sobrar. Pero, en manos de quienes estarán la ejecución de esos miles de millones de pesos. Para eso no han hablado de contratos. ¿Será por ello que le urge a López Obrador, cancelar algunos de los actuales contratos con Pemex? Y así también dio a conocer otros “nombramientos” del personal para la CFE y Pemex.
No cabe duda que los compromisos se acatan y Andrés Manuel López, está cumpliéndolos con el nombramiento de sus aliados en los cargos públicos de mayor importancia ¿No que todo iba a ser diferente para que hubiese corrupción? Las pruebas dicen todo lo contrario. Seguirá exactamente lo mismo, pero ahora el “eslogan” es acabar con la corrupción y la honestidad valiente del nuevo gobierno. Hasta ahora son muchos los cambios que se pretenden y poca la inteligencia que se muestra en ellos, más bien preocupan y muy en serio, parece que se pretende jugar al “gobiernito” con experimentos eminentemente de corte populista ¿Qué decir de los coordinadores estatales que no se sabe qué van a hacer en realidad? Todo es zozobra, no vaya zozobrar la nave de Amlo. Y aún hay más.
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