De acuerdo a las normas electorales de los estados en los que hubo elecciones el domingo pasado, hoy se celebran las sesiones de cómputo municipal o distrital, según sea el caso, acto en el que participan los representantes de los partidos políticos y autoridades electorales.
En este acto del proceso electoral, se computan todos los resultados numéricos de las actas de las mesas directivas de casilla del distrito o municipio, para obtener la votación total de sufragios por partido, así como los votos nulos e incidencias.
Para aquellos casos en los que hay inconsistencias en las actas que van por fuera de los paquetes electorales, les esta permitido a los funcionarios de los consejos abrir los paquetes y computar lo que contenga el acta; pero, si no hay acta, les está dada la atribución de contar voto por voto y levantar el acta respectiva, todo en presencia de los representantes de partido. No es a capricho el “voto por voto”.
Esta acción la realizan los consejos municipales y distritales hasta que se computan todas las actas de los paquetes electorales de manera ininterrumpida; el acto puede durar todo el día o más, la sesión de cómputo no debe interrumpirse.
Una vez concluida la sesión, los consejeros deben levantar el acta de cómputo municipal o distrital o ambas si es el caso. Esas actas, a su vez, deben ser enviadas de inmediato al Consejo General del Instituto Electoral para que éste realice el acto de cómputo estatal. Me refiero al cómputo para gobernador y la sesión de asignación de diputados de representación proporcional.
Para la declaratoria del triunfo de los ayuntamientos el cómputo se realiza en los mismos consejos municipales y es ahí en donde también se realiza la asignación de regidores de representación proporcional.
En toda esta etapa procesal, los representantes de los partidos políticos tienen el derecho de impugnar y hacer valer todas las anomalías que se presenten, aportar las pruebas en su caso, incluso “fastidiar” como muchos acostumbran. Todo con el propósito de promover posteriormente la posibilidad de la nulidad de la elección, modificaciones en los resultados de los cómputos, declaración de nulidad de actas y más. Todos estos actos previos sirven de sustento para acudir al Tribunal Federal Electoral, lugar en el cual muchos partidos ganan una elección o consiguen la nulidad de la misma para elecciones extraordinarias.
De tal suerte que todos los actos protagónicos que hasta ahora llevan a cabo militantes de partidos políticos como manifestaciones, concentraciones, conferencias de prensa para desprestigiar a quien se dice ganador de la elección, no sirven absolutamente para nada. Solo son útiles para alterar el ánimo de los electores y sembrar la idea del “fraude electoral” como es costumbre de Amlo o en algunos casos Ricardo Anaya cuando no se sale con la suya. También sirven para desestabilizar al estado.
Así las cosas, los escándalos mediáticos que hasta ahora han realizado algunos militantes y dirigentes de partidos políticos a través de la mediatización, legal y jurídicamente no tienen ningún efecto o consecuencia; la autoridad electoral no actúa por presión ni concede caprichos, de nada sirven esas movilizaciones. La defensa de sus quejas por las reales o supuestas violaciones cometidas durante la jornada electoral o en la etapa de escrutinio y cómputo de los votos, debe demostrarse, no gritarse; se deberá convencer a la autoridad administrativa o jurisdiccional para cambiar el resultado que no les favorece. Hasta ahora lo que vienen haciendo tanto Amlo como Ricardo Anaya, es un simple alboroto hilarante y protagónico, alentado por algunos medios de comunicación que dan cabida a toda clase de mentiras.
En tanto que Margarita Zavala culpa a Ricardo de la estrepitosa, vergonzosa y lastimosa derrota en el Estado de México ¿Será por eso que Anaya prefiere abrir el flanco de Coahuila para distraer a sus compañeros de partido? La conducta de Amlo no extraña, siempre con sus “puercos, cochinos y marranos” de su granja pretende ganar elecciones, de nada le sirvieron sus recaudadoras de fondos ilícitos, más bien lo perjudicaron una vez más, como el señor de las ligas en su momento histórico. Es su tercera derrota consecutiva; no perdió Delfina Gómez; Amlo perdió la elección, sabe que puede ser la estocada para las elecciones del 2018.
Conclusión. La alharaca solo es ruido sin fondo. Lo trascendente será acudir a los tribunales o que los Consejos Generales del Estado de México y Coahuila, llegaran a satisfacer sus apetencias políticas, hasta entonces terminará el proceso poselectoral. Por la madrugada o mañana sabremos bien a bien los resultados de los cómputos que dan o niegan triunfos a las “chachalacas”.
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