Para el legislador queretano, José Luis Báez, no existe razón válida, ni lógica, que justifique el acto de rendir honores específicos y dirigidos a la persona depositaria del poder ejecutivo por dos razones esenciales: primera, porque contrapone a la Constitución, atentando contra el equilibrio de poderes; y segunda, porque se promueve el culto a la persona y al cargo mismo por encima de las instituciones.
Por lo anterior, Pepe Báez presentó en la Cámara de Diputados, la iniciativa que reforma los artículos 42 y 43 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.
Esta iniciativa tiene como propósito reformar dichos artículos de la ley en comento para que en la ejecución y difusión del Himno Nacional, se rinda honores únicamente a la bandera nacional, como símbolo patrio de nuestra identidad nacional y no al titular del ejecutivo federal.
“El presidente como parte de un poder de la federación y siendo servidor público nombrado por el pueblo, debe guardar la Constitución y no es sujeto de distinción alguna, ya que la Carta Magna en su artículo 12 evita la realización de distinciones entre las personas o funcionarios públicos con base en condiciones inherentes a las mismas o a sus cargos, lo cual resulta contrario al principio de igualdad reconocido por la constitución y tratados internacionales”, precisó el diputado federal.
Báez Guerrero destacó la importancia de modernizar las leyes para acabar con presidencialismos omnipotentes y recordó que dicha Ley data del sexenio del presidente Miguel de la Madrid, por lo que actualizarla a los tiempos presentes resulta pertinente.
“Básicamente propongo eliminar de los artículos 42 y 43 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales los renglones donde se especifica que se harán honores tanto a la Bandera Nacional como al Presidente de la República”, abundó.
Finalmente, explica que no hay justificación alguna para contemplar la realización de honores a las personas, en particular al presidente, y que este mandato pueda ejecutarse por encima de la Constitución.
“El propio presidente López Obrador expresó cuando inauguraron su estatua en Atlacomulco, que agradecía las buenas intenciones pero prefería que le hicieran caso sobre que no le gusta todo lo que tiene que ver con la vanidad, lo que deja en evidencia que es momento de hacer las modificaciones pertinentes”, concluyó.
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