cUna vez más la cuenta regresiva marca los tiempos de un periodo de gobierno, 10 meses han transcurrido y quedan 5 de 6 informes. Muchos piensan que seis años son demasiados, sin embargo nunca es suficiente ese tiempo para atender miles de rezagos ancestrales.
Van y vienen nuevos gobernadores y los problemas están ahí. Que si no es el agua potable, son los caminos, que si no son fuentes de trabajo las que faltan, son buenos salarios o la inseguridad que galopa sin descanso sobre el lomo de la sociedad queretana. Muchos problemas son resueltos, otros surgen y tantos que son ignorados.
Muchos servidores públicos oportunistas solo buscan el beneficio propio y de sus familias, por eso forman “grupos de gavilleros” que saquean las arcas de las haciendas o hacen negocios fructíferos con la distribución de los dineros públicos.
Así, gran parte de los problemas que aquejan a los queretanos no son resueltos y mejor prefieren administrar las concesiones, los permisos de uso de suelo, los cambios de uso de suelo, las licencias de construcción de fraccionamientos o las de vinos y licores para la venta; etcétera. Esos funcionarios van y vienen cada trienio o sexenio. Y los informes de gobierno solo son un ritual que en poco tiempo nadie sabe de ellos.
Vaya que otros más debido a una pésima administración solo endeudan las arcas públicas, dejando una carga tributaria para quienes los suceden, dejando menos márgenes de maniobra en la gobernación. Y aquellos, aquellos se van felices, casi siempre sin responsabilidad. Ejemplos hay varios del último trienio o sexenio para no ir más atrás en el tiempo.
Por eso es importante resaltar lo que pueden hacer los gobernantes en turno en gran parte de la obra material que dejan para bien o para mal. Así está el lienzo charro que fue todo un fraude, muchos millones que no sirvieron a los queretanos tirados literalmente a la basura. Fue una mala obra. O bien, el distribuidos de Constituyentes y Bernardo Quintana, otra obra mal hecha que no sirvió al cien por ciento, mal trazada; pero ahí están las obras.
Una buena obra del pasado, la prolongación de la Avenida 5 de Febrero, ahí está de testigo. Y así podríamos enumerar una que otra, la mayoría se olvida. O la obra del sexenio de Garrido, aquella que nos trae agua del “Infiernillo”, desde el estado de Hidalgo y el distribuidor del “acuaférico”, realizada por la administración de Armando Rivera.
Por eso podemos empezar a mencionar algunas obras de la administración de Francisco Domínguez, como el paso a desnivel hecho en el Municipio de Corregidora, que aliviana enormemente el tránsito de esa zona conurbada, el arreglo de una parte del cauce del rio el Pueblito o que decir el puente elevado de la Avenida Constituyentes, entre otras. Ahí están.
No es fácil gastarse más de 29 mil millones de pesos en un año, aunque sea entre los 18 municipios, los Tres Poderes del Estado y la enorme estructura burocrática pasando por los apoyos a los partidos políticos. Ese dinero debe dejar huella en beneficio de los queretanos.
Creación de fuentes de empleo dando facilidades al inversionista para que asiente sus empresas en Querétaro, atraer capitales de otros lares, inversiones extranjeras para la creación de más empleos. Gestión gubernamental que no se nota mucho, pero ayuda a miles de familias queretanas y a otras venidas de lugares distantes gozando de los beneficios que tiene nuestro estado, el que no se inventó i se improvisó ayer, como dijera el gobernador.
Seguiremos comentando el primer informe del estadio general que guarda la administración pública estatal. El reloj cronológico del sexenio continúa avanzando inexorablemente y muchos de los políticos que hoy ríen, después se esconden por sus pillerías.
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