Participa Cinvestav Querétaro en detección del pigmento azul maya, clave en autenticación del #CódiceMaya de México

#Colaboración

El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del (Cinvestav) Unidad Querétaro, a través del equipo científico encabezado por Omar Jiménez Sandoval, formó parte del consorcio de investigación que permitió autentificar el ahora llamado Códice Maya de México, antes conocido como Códice Grolier, el manuscrito legible más antiguo de América.

Dicha colaboración surgió en el marco del Proyecto Institucional de Investigación “El Códice Grolier”, coordinado por la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia y la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH.

La colaboración del Cinvestav consistió básicamente en realizar estudios espectroscópicos y de difracción de rayos X, de fragmentos de algunos folios del códice, así como de muestras de materiales y pigmentos de referencia, con el objeto de apoyar los esfuerzos del INAH para determinar la autenticidad del documento. De manera particular, se logró identificar el componente orgánico del pigmento azul-verde aplicado en algunos de los folios que componen el códice, el azul maya.

El equipo del Cinvestav-Querétaro estuvo integrado por Reina Araceli Mauricio Sánchez, Martín Adelaido Hernández Landaverde, Francisco Rodríguez Melgarejo y Omar Jiménez Sandoval; por parte del INAH participaron los especialistas del Laboratorio de Geología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, Alba Azucena Barrios Ruiz y Ricardo Sánchez Hernández.

Los investigadores del Cinvestav Querétaro realizaron estudios de Espectroscopia de Infrarrojo con Transformada de Fourier/Reflectancia Total Atenuada, Microespectroscopia Raman de Alta Resolución y Difracción de Rayos X. Evidentemente, durante todo el estudio, se siguieron los protocolos de seguridad necesarios para el manejo de estas muestras históricas únicas, y que a su vez se garantizara la confiabilidad de los resultados. Es de destacar la gran importancia de utilizar técnicas analíticas no destructivas para realizar estudios in situ de materiales patrimoniales, como es el caso de la identificación del azul maya.

La autentificación del Códice Maya de México ha generado gran impacto tanto a nivel nacional, como internacional, habiéndose realizado a la fecha diversas publicaciones y actividades de divulgación. Se trata del único códice maya prehispánico existente en México (los otros 3 reconocidos como auténticos, se encuentran en Dresden, Madrid y París). Sin embargo, “el Códice Maya de México es el más antiguo conocido hasta el momento, tanto por el fechado mediante radiocarbono, como por su estilo e iconografía”, comentó Omar Jiménez.

El códice fue presentado públicamente por primera vez en 1971, en una exposición en el Club Grolier de Nueva York, por Michael D. Coe, profesor de la Universidad de Yale, que desde 1973 en su libro “The Maya Scribe and his World” (El escriba Maya y su Mundo) planteó la autenticidad del documento, aunque con elementos insuficientes, desde el punto de vista de la mayoría de los expertos. La controversia sobre su autenticidad duró poco más de 4 décadas y su estudio integral agrupó especialistas de diferentes áreas de las ciencias naturales, exactas y sociales, como arqueobotánica, química, geología, mineralogía, materiales, datación isotópica, antropología física, restauración, historia del arte y arqueología.

El azul maya es un pigmento híbrido, compuesto por el mineral paligorskita y el colorante índigo, de origen vegetal; la paligorskita, un mineral del grupo de las arcillas, ya había sido plenamente identificada por los especialistas del INAH Alba Azucena Barrios y Ricardo Sánchez, sin embargo, el componente orgánico seguía eludiendo una identificación plena. En el presente esfuerzo, el Cinvestav logró, de manera concluyente, identificar dicho componente, el colorante índigo, con lo que se disiparon las dudas sobre la autenticidad del documento prehispánico más antiguo hasta ahora conocido, sostuvo Omar Jiménez Sandoval, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

En el estudio realizado por Cinvestav también fueron identificados otros pigmentos que forman parte del códice, como la grana cochinilla, un colorante rojo basado en el ácido carmínico y que tuvo una amplia difusión en Europa después de la Conquista. También se identificaron otros minerales que componen la imprimatura (capa de preparación o pictórica, base de los glifos) del documento, como la basanita, una fase del yeso que se forma a altas temperaturas.

Para Jiménez Sandoval, “como miembro del Cinvestav, colaborar en proyectos multidisciplinarios que tienen un profundo impacto sobre el patrimonio histórico y cultural de México y el mundo, es un gran privilegio”. Informó que con el objetivo de profundizar en el conocimiento del Códice Maya de México está investigar los materiales que constituyen la capa pictórica y la base de preparación del anverso del documento, lo cual podría arrojar más elementos sobre la elaboración de pigmentos en la época prehispánica, sobre todo de una temporalidad que no ha sido tan ampliamente estudiada. Otra meta es determinar, de forma precisa, el aglutinante empleado para fijar la imprimatura al soporte vegetal.






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