[Me Lleva el Diablo] Septiembre negro para los ciudadanos y “agosto” para los terraceros

Como si no tuviéramos con mucho con las intensas lluvias que han inundado a medio Querétaro, y a medio país, destrozando vialidades –en beneficio de los constructores–, afectando el patrimonio de los que menos tenemos, se suma el fantasma real de los sismos de septiembre.

Tal parece que septiembre se ha convertido en sinónimo de temblor y miedo para los mexicanos, por la temporada de tormentas y por los terremotos.

Ayer, nuevamente el país –13 estados– sintió la magnitud de un sismo de 7.1, con sus respectivas replicas que aún no acaban.

Del sismo de 7.1 grados que se registró en varios estados –como Guerrero, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Querétaro y la Ciudad de México– el reporte es que no hay daños graves.

Solo se los recuerdo, para que no se olvide: Un 7 de septiembre de 2017 se vivió el sismo de mayor magnitud en casi 100 años, que afectó principalmente a la entonces capital de México, al entonces Distrito Federal, causando ¿miles, cientos? de muertos.

Toda una tragedia.

Ayer, nuevamente, a noche de este 7 de septiembre, en el cuarto aniversario del primero de los dos sismos que azotaron al país en 2017, como si fuera costumbre, los mexicanos sufrimos un “sustote” con el sismo de magnitud de 7.1

Ayer por la noche estuvimos con el temor de que se repitiera una tragedia como ha sucedido en otros temblores y es que la historia de los movimientos telúricos y septiembre la podemos rastrear desde el 85.

Que no se nos olvide que el 19 de septiembre 1985, 7:17 de la mañana, México se vio azotado por un sismo de 8.0 que terminó por hacer estragos en el país.

Años más tarde, un 7 de septiembre de 2017 se vivió el sismo de mayor magnitud en los últimos 100 años en México.

Doce días más tarde, el 19 de septiembre de 2017, a las 13 horas con 14 minutos se registró un sismo de 7.1 a 120 kilómetros al sur de la CdMx, siendo este aún más intenso que el terremoto de magnitud 8.0 de 1985, cobrando cientos de vidas en país.

En Querétaro no hay afectaciones por el sismo, pero por las lluvias, el estado está afectado considerablemente: San Juan del Río, Corregidora, Querétaro, Huimilpan y El Marqués se encuentran, diríamos, en alerta roja.

Las lluvias destapan las malas obras, principalmente en las vialidades, donde la lluvia deja al descubierto la pésima calidad del bacheo que cada tres meses hacen los gobiernos municipales y estatal.

Miles de millones se aplican cada año a programas de bacheo.

Los mismos baches que tienen carta de residencia desde hace años, frotan como hongos, resplandecen como flores, hacen acto de presencia como políticos, en el mismo lugar, pero más grandes.

La tragedia de los ciudadanos es una oportunidad de negocio para funcionarios ineficientes y en beneficio de empresarios rapaces.

Los únicos felices con las afectaciones pluviales son los constructores, los terraceros, y los funcionarios de primer nivel –se llevan su respectivo moche de hasta el 25 por ciento– y ya se frotan las manos para la reconstrucción de los miles de baches –que ellos han tapado miles de veces–, para ingresar a sus bolsillos los cientos de millones de pesos que los gobiernos municipales, con o sin lluvias, invierten cada tres meses para “bacheo”.

Funcionarios y empresarios, constructores, como diría Timbiriche: son uno mismo.







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