La idea de hacer segundos pisos en la entidad no es nueva, basta recordar cuando Fernando Ortiz Arana anduvo en su primara campaña, esa era una de sus principales propuestas: hacer dos segundos pisos.

Desde esos años, 1997, el tema de la movilidad en la entidad, principalmente en la zona conurbada de la capital, era ya todo un embrollo.

Es real y urgente, que se tienen que tomar medidas para darle fluidez, para mejorar la movilidad de todos: peatones, vehículos particulares, transporte público, ciclistas y motociclistas. Todos formamos parte de la movilidad.

Por eso la declaración, más que anuncio, del gobernador Mauricio Kuri en torno a la construcción de un segundo piso vehicular, obviamente desató la polémica y el encontronazo entre sirios y troyanos, entre los que lo ven viable y los que lo cuestionan.

Primero, aclaremos: no fue un anuncio del inicio de una obra y no se presenta, ni siquiera el proyecto ejecutivo. Fue una declaración en torno a un posible proyecto.

El gobernador Mauricio Kuri informó que su gobierno está trabajando en el anteproyecto de la construcción del segundo piso vial para la zona metropolitana del estado.

En entrevista, detalló que el anteproyecto considera la ejecución de la obra por etapas, la primera consta de 6 kilómetros de longitud aproximadamente, que iría de Zaragoza con 5 de Febrero hasta Bernardo Quintana.

El gobierno estatal contempla para 2022 un primer tramo del segundo piso para 5 de Febrero, tal y como lo prometió durante su campaña el ahora gobernador Mauricio Kuri, el cual sería de cuota.

Sin tener aún el costo del proyecto, el mandatario detalló que para el siguiente año se prevé iniciar con un tramo de 6 kilómetros y continuar el proyecto durante los años siguientes, para lo cual se prevé consultar a cámaras empresariales y colegios de profesionistas, ya que el segundo piso sería concesionado.

Kuri González explicó que se trata del tramo comprendido entre Zaragoza y Bernardo Quintana, aunque aún se define el proyecto ejecutivo.

Dos cosas se cuestionan de la declaración del Ejecutivo estatal: que sea concesionado y que se anuncien obras que solo benefician, impulsan la movilidad vehicular, y que no se dé a conocer un proyecto integral, donde el peatón sea el principal actor.

Primero, las avenidas 5 de Febrero y Zaragoza son unas de la más emblemáticas y de las más transitadas en la capital queretana y las que han sufrido, en décadas, varias y profundas modificaciones.

En estos momentos pensar en una intervención sin dar a conocer los detalles es caótico, porque tan solo la reparación de la carpeta asfáltica, un encarpetado, implica un problema de congestión vehicular que provoca enfado y disgusto entre la población que a diario transita por ahí.

El hecho de que el gobernador Mauricio Kuri anuncie una obra de tal magnitud para estas avenidas, implica un reto en materia de movilidad social, económica y también política.

Hay que recordar que Pancho Domínguez no pudo construir ni siquiera uno de sus ejes estructurantes; recordemos que, al emprender proyectos como los ejes estructurantes, se abordaba la posibilidad de colocar uno de ellos para la avenida 5 de Febrero sin que se materializara, otro en Zaragoza, que tampoco se materializó, todo por los costos políticos que implicaba realizar obras en vialidades tan transitadas.

Entonces, para qué anunciar una obra en la que se requiere todo un trabajo, sí económico, pero también político, de concertación, y no solo con los dirigentes de las cámaras, que ni viven por la zona ni la transitan, y ni todos los comerciantes y prestadores de servicios pertenecen a esas cámaras.

Es buena la propuesta, siempre y cuando venga acompañada de un proyecto integral de movilidad.

Por lo pronto, la declaración solo alborotó al avispero, y es obvio que de realizarse, tendrá consecuencias electorales, para bien o para mal, para el PAN en 2024.

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