La grilla política está a todo lo que da y los rumores crecen como hongos. En redes sociales, en medios nacionales, se habla del regreso de Pepe Calzada.

Mientras los morenos en Querétaro se desgastan en confrontaciones intestinas, en descalificaciones facciosas, en dividir más que en sumar, el PAN les come el mandado.

Me explico.

En la entidad crece la percepción de que Morena le va arrebatar al PAN la gubernatura el año próximo, como se pueda, y para ello busca fichar y coptar a quien se deje. Dicen los que saben que una de esas fichas es José Calzada, exgobernador, y quien después de entregar el poder al actual gobernador panista Francisco Domínguez se fue a Sagarpa, donde dejó cuentas pendientes.

La pretensión de quien manda en Morena —no en Querétaro, sino en el país, AMLO– es derrotar al PAN en uno de sus bastiones más representativos, y obvio, al seguro candidato azul, Mauricio Kuri, actual coordinador de la bancada senatorial.

Todo podría verse como simple lucha política, pero no es así, por eso el rumor de que José Calzada pasa a las filas morenistas, aunque para llevarse el capital político de Calzada se recurre al amago.

Usted sabe: la lucha por combatir la corrupción del pasado no tiene límites y para eso hay expedientes por doquier.
Entonces, Pepe Calzada más que abonar, sumar algo a Morena, le resta, hasta con el solo rumor de que viene a “fortalecer” al movimiento.

La estrategia de pregonar la incorporación de Pepe Calzada a Morena —como posible candidato a diputado federal— parece más bien diseñada desde el PAN para dañar a Morena. Porque, qué partido, qué dirigencia, ficharía al exgobernador priísta con sus antecedentes de presunta corrupción: ninguno, ni el propio PRI.

Ya con su hermana Tere Calzada, que sí está en Morena, tienen suficiente las huestes morenistas.

Por eso digo que lo de Pepe son rumores, son rumores... aunque cuando el río suena, agua lleva.

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