Nacido de la desconfianza –de una historia muy bien documentada de fraudes electorales, para ser claros–, el sistema electoral mexicano es ciertamente oneroso.

Es claro que para el proceso electoral de 2021, el reto mayor de los partidos será la recuperación de la confianza de los ciudadanos, ese tópico como uno de los principales desafíos, no solo en los partidos, sino también en los quienes organizan las elecciones.

Pero la pregunta es, ¿cómo se van a ganar esa confianza?

Los que más le duele a los ciudadanos, después de la inseguridad, es el agravio económico que hacen los partidos en las elecciones, con presupuestos millonarios, mientras que la población se desgarra en conseguir la “chuleta diaria”.

El agravio viene con el financiamiento público, que además es desproporcionado e inequitativo para la competencia electoral, pues mientras que cinco partidos se llevan más de 130 millones de pesos de financiamiento, otros siete no obtienen ni 20 millones entre todos.

En el instituto electoral se aprobó el financiamiento público de partidos políticos orientado a actividades ordinarias, específicas, gastos de campaña y, en su caso, para candidaturas independientes durante 2021, que asciende a 149 millones 679 mil 273.18 pesos.

Y eso solo en financiamiento local, falta el recurso federal, el que el INE le otorga a los partidos en el ámbito nacional: miles de millones de pesos más.

Así, de financiamiento local, el Partido Acción Nacional es el partido que más recursos públicos recibirá: alrededor de 45.5 millones de pesos. Le sigue Morena, que obtendrá 32.8 millones. El Partido Revolucionario Institucional, 27 millones. Y el Partido Verde Ecologista de México, 11.5 millones; y Querétaro Independiente, 12 millones.

Mientras que siete partidos se repartirán 21 millones de pesos: ceca de tres millones cada uno, para todas sus campañas: la de gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

Así, los partidos de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano, del Trabajo, Encuentro Solidario, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas accederán a 2.9 millones de pesos cada uno.

Y peor: entre las candidaturas independientes a la gubernatura, diputaciones y Ayuntamientos serán distribuidos cerca de 960 mil pesos.

Por otra parte, mire que para este 2021 el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ) aprobó el acuerdo que establece los topes de gastos para la obtención del apoyo de la ciudadanía, precampaña y campaña para las elecciones de la titularidad de la gubernatura, diputaciones y Ayuntamientos.

Con base en el documento, durante las campañas electorales los topes de gastos serán de 38 millones 404 mil 190.19 pesos para la gubernatura, 2 millones 560 mil 279.34 pesos para las diputaciones locales.

Y de 235 mil 689.62 pesos –para la elección del municipio de San Joaquín– a 26 millones 132 mil 483.57 pesos –para la elección del municipio de Querétaro– según el municipio, para fórmulas de Ayuntamiento.

En el caso de las precampañas que terminaron esta semana, los límites ascienden a un millón 920 mil 209.50 pesos para la gubernatura, 128 mil 13.96 pesos para diputaciones locales y de 11 mil 784.48 pesos a 1 millón 306 mil 624.17 pesos, de acuerdo con el municipio, para Ayuntamientos.

El tema del financiamiento público a los partidos políticos nos lleva a la pregunta permanente: ¿cómo logramos un sistema electoral confiable, democrático, imparcial, aceptado por todos, y al mismo tiempo reducimos el costo de nuestra democracia electoral habida cuenta de que vivimos en un país, en un Querétaro, con inmensas carencias?

Es pregunta, para ver si los partidos o el IEEQ tienen alguna respuesta, o usted, amable lector.

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