(Ya sé, ya sé, la semana pasada dije que no iba a escribir. Lo siento, si quiere pase al siguiente capítulo y no se martirice; pero si su intención es pasar unos minutos leyendo a su columnista consentido o execrable, según sea el caso, continúe).
Seguramente usted, como yo, ha sido víctima de la “lozanía inventiva” de los asesores políticos de algunos suspirantes que, bajo la falaz premisa de posicionar su producto en el imaginario colectivo, ante la inminente pero no por ello efectiva posibilidad de que sus respectivos partidos decidan la candidatura a “la grande” por medio de encuestas, se han dedicado a pintar en cualquier pared (así esté a punto de derrumbarse) el primer o segundo nombre de su pretendiente, o en algunos casos, frases alusivas a este con los colores del partido de su devoción.
Esto, claro, aparte de las tediosas publicaciones electoreras que permiten, a quienes cuentan con el recurso suficiente, poner su jeta en espectaculares, evadiendo “sutilmente” la enclenque ley electoral que, para su fortuna, no está espolvoreada con “polvos pica pica”, si no, imagínese usted la comezón de entrepierna que sufriría más de alguno.
La pregunta obligada es: Después de tantas monótonas repeticiones, ¿hay a quien le resulte novedoso o atractivo el método? Sinceramente creo que no. Y la única mediana utilidad que encuentro es justificar la erogación de recursos y la venta estéril de productos al interior de los respectivos grupos pa’que se vea que se “están moviendo”.
¿O en serio hay quien crea que la “panadería Agustín” ayudó en algo al senador Dorantes? ¿De verdad hay alguien tan ingenuo que sostenga que una barda pintada con los colores partidistas no es vinculante?
Mi intención no es fastidiar a nadie, de verdad; pero sí invitar a los políticos a no asumir que el pueblo es idiota, a no pensar que sus “estrategias” son graciosas, y sobre todo, a no confiar tanto en asesores que lo único que hacen es maltratar la marca con la que pueden o no ser postulados a través de sus geniales ideas de posicionamiento.
Por otro lado, no hace falta tener más de tres dedos de frente para entender que las encuestas únicamente serán el placebo o paliativo —como guste llamarle— para disfrazar decisiones unipersonales de democracia, pues tanto en Morena como en el PAN todo se definirá en la Ciudad de México (una en Palacio Nacional y la otra en la Del Valle con palomeo en Reforma). Así de sencillo.
“No todo lo que brilla es oro”.
¿Infierno en el paraíso?
Le cuento. Resulta que en días pasados, teniendo como sede la Ciudad de México, se dio un acuerdo entre suspirantes panistas, el cual consistía —palabras más palabras menos— en que ninguno de los cinco que quedaban iba a sacar ventaja de su posición, cercanía con el primer mandatario, ni realizar algún tipo de publicidad en estricto sentido o en apariencia.
Sin embargo, como ya se habrá dado cuenta, más tardaron en sentarse que en romper el presunto acuerdo, olvidando aquello de que “en el PAN las patadas son bajo la mesa, y el que no lo crea, que vea las espinillas de los candidatos”, pues al menos hoy —no sé mañana, no sé en un mes— se percibe un galimatías interno y no se ve quién ponga orden, ya que la dirigencia estatal parece verse superada por los actores y las circunstancias, totalmente perdida entre tribulaciones y agenda pública en la que poco o nada aporta.
Y aunque algunos ávidos del régimen que gobernara el país por setenta años quisieran la autoritaria intervención del gobernador del estado en las definiciones partidistas, eso no sé ve cómo vaya a pasar, pues parece ser que Kuri González entiende que no está en sus manos y no es paracetamol para aplacar calenturas ajenas, por lo que parece estar convencido de no sufrir el desgaste superfluo y gratuito que le daría cualquier acción al respecto.
“Del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Guerra azul
Por cierto, con eso de que “yo no las puse, me las pusieron”, instaurado por el secretario de Desarrollo Sustentable de gobierno del estado, Marco del Prete, la versión del senador Agustín Dorantes —a quien todo parece indicar que ¡sí se las pusieron!— suena increíble al interior de su partido y difícil de vender a la opinión pública, pues luego de la panadería Agustín ni modo que alguien no crea que #EsAgustín no es de su autoría, a pesar de las diversas brigadas que han sido captadas en diversos puntos de la ciudad en horas de la madrugada pintando con las diferentes plantillas.
Y lo que resulta el más grande absurdo de lo que se vive al interior del partido en el poder y se traduce en muestra inequívoca de reactividad y visceralidad, es la aparición de pintas presuntamente a favor de Felipe Fernando Macías Olvera; primero, porque dudo que su operador político y principal “consigliere”, José Luis Báez Guerrero, permita semejante pifia (Pepe podrá tener varios defectos, como todo ser humano, pero la osadía y la temeridad no son parte de ellos), y segundo, porque de entre los suspirantes, él y Chepe Guerrero son los que menos necesitan subir su conocimiento, por la exposición propia del cargo.
Sin embargo, lo que me resulta poco más verosímil es la versión que ha corrido en horas recientes, pues dicen que las pintas de la “F” son obra de un acomedido que, por consejo de Baco, pensó que era una genial idea para que el munícipe no se quedara atrás en el “moderno esquema” impuesto por los sesudos asesores de la postmodernidad.
“Crea fama y échate a dormir”.
¡Y por si algo faltaba!
Resulta que mientras los caballeros panistas están midiéndose (lo que eso signifique), a la derecha del acceso principal del Club Campestre de Querétaro la diputada federal, Lorena García Jimeno, ya organiza reuniones —a dicho de los asistentes— hasta con pase de charola para promover su candidatura al gobierno del estado, ya que está muy segura de que un criterio de Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, basada en progresividad de derechos y paridad efectiva, le puede abrir la puerta del Palacio de la Corregidora; más, luego de que el propio gobernador descartó de facto a otra diputada federal, con aquello de que quería la ley antinepotismo desde 2027.
“A Dios rogando y con el mazo dando”.
Esa boca es mía
Quien no se contuvo y salió a su modo en esta vorágine de posicionamientos, fue el diputado federal y dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México, Ricardo Astudillo Suárez, pues con el desparpajo que le caracteriza difundió una videosemblanza que deja ver sus intenciones de contender por la gubernatura.
Astudillo podrá ser o no santo de su devoción, pero lo que no se le puede regatear al personaje es la capacidad para estar en el lugar y momento correcto para salir ganando siempre. Es por ello que no hay que perderlo de vista, pues aunque no lo parezca, él ya solo espera desde la primera meta; lo que tenía que hacer ya lo hizo y lo que sigue ya no depende de él.
“Unos tienen la fama y otros cardan la lana”.
Lenguas viperinas
Cuentan que quien echó a andar al secretario general de Morena en el estado con eso de las denuncias por actos anticipados de campaña, fue un connotado panista. ¡Se están llevando pesado, muchachos!
“Guerra avisada no mata soldados”.
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

21
Abr 25
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