Los inicios de año son las fechas de especulación por excelencia; y digo de especulación y no de deseo para aterrizar más el comentario y despejar la magia que se vomita en esta temporada.

Y antes que me cuestione ¿por qué no hablo de buenos deseos?, recuerde: ¿cuántas veces ha especulado con dejar de fumar?, ¿cuántas con adelgazar? y ¿cuántas con ahorrar para su idílico viaje a Venecia antes de que el calentamiento global se la cargue?

Dicho lo anterior y para dar paso a lo que le interesa leer en estas líneas, permítame agradecerle por haberse tomado el tiempo de leerme el año pasado y también pedirle me acompañe en este que comienza y tiene buena pinta.

Pues bien, en el gobierno del estado seguro veremos ya el trabajo más en forma del gabinete kurista; aclaro, no es que en estos 95 días no se haya notado, se nota y mucho el cambio de estilos. Sin embargo, tenemos que ser objetivos y ver que, como en toda relación, la que se da entre gobierno y gobernado tiene un periodo de enamoramiento y acoplamiento aderezada por la idealización de la personalidad de los sujetos. Lo mismo es en política, así que a partir de este momento será crucial el desempeño del gobernador para solidificar el proyecto de gobierno con acciones precisas que le permitan establecer las bases para transitar los próximos seis años, lo cual no se ve nada difícil si vemos sus antecedentes en Corregidora.

Por cierto, hablando de Corregidora, de Roberto “Tino” Sosa, podemos esperar poco; y no, no lo digo porque vaya mal, al contrario, sino porque es tan estrecha su relación con el pueblo y tan efectiva su labor, que lo único que se puede esperar es que siga por ese camino. Así de fácil.

En el caso de Querétaro, la cosa también es muy sencilla, Luis Nava ha resultado ser un excelente administrador, lejano de escándalos y con una clara visión del municipio, que le ha permitido la realización de obras y acciones que revisten verdadero beneficio social, alejadas del relumbrón y el derroche de recursos, lo cual le ha dado el paso a la historia del estado como el primer presidente municipal capitalino en lograr la reelección inmediata; y de seguir así, resulta una carta fuerte de Acción Nacional para lo que se necesite.

Para San Juan del Río la cosa está un poco más complicada y no porque Roberto Cabrera no quiera sacar la cara por el municipio, ¡para nada!

Recordemos que la primera prueba de fuego del presidente fueron las lluvias de octubre, resultando una ingrata bienvenida que le llevó a comprometer recursos necesarios para la operatividad de los primeros 100 días en la reparación de los daños causados por estas. Así que es posible que se advierta un arranque de año un poco más lento que en otros municipios; pero como diría Kalimán, “serenidad y paciencia”.

El verdadero potencial de esa administración lo veremos a partir de febrero, una vez que las condiciones presupuestales permitan la planeación y ejecución de proyectos propios. Así que si usted vive en San Juan, no coma ansias, esto es solo cuestión de tiempo, ya verá.

Quien ha resultado una grata sorpresa y ha hecho notar un municipio que, a pesar de su cercanía con la capital, estaba olvidado, es Juan Guzmán, presidente municipal de Huimilpan; pues al menos en los 95 días que lleva al frente de la administración se le sienten las ganas de cambiar el rostro del municipio, invirtiendo más de un millón de pesos en pequeñas acciones que buscan el mayor aprovechamiento de los recursos en materia social, como son obra y servicios públicos.

Quizá usted podrá decirme que ¡un millón de pesos en una administración municipal no es nada!, pero si da una vuelta por aquellos lares, verá que se nota y mucho. Si Huimilpan sigue así, seguro este año más queretanos y más seguido voltearemos la vista hacia allá.

Del feudo de El Marqués poco se puede hablar, pues poco se sabe, a pesar de su cercanía con la capital, por lo que solo podemos decir: “Y sin embargo se mueve”.

Será mujer quien presida el IEEQ

Como usted seguramente ya sabe, el mes pasado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio cuello a la consejera presidenta; y para no ser redundante, no entraremos en detalles del por qué, pero sí vale la pena decirle que el Consejo General del INE tendrá que elegir, en un plazo no mayor a treinta días, a quien sustituirá a la caída Adriana Teresita.

Y no, no se confunda. Doña María Pérez Cepeda no se quedará al frente del IEEQ, solo es un interinato, o de manera provisional, como guste nombrarle; por lo que la presidenta saldrá de entre las tres aspirantes que resultaron finalistas en el proceso: Gloria Luz Duarte Valerio, María Nieto Castillo o Ana Luisa Pérez Villaseñor, siendo estas dos últimas las que cuentan con más argumentos para hacerse del cargo, Pérez Villaseñor en el ámbito local y Nieto Castillo en el federal, pero ambas gratas a los ojos de los implicados en el juego político, por lo que la moneda está en el aire y el resultado es de pronóstico reservado; aunque tengo que decir que los movimientos estratégicos que ha mostrado doña Carla Humphrey, inclinan los momios hacia Nieto Castillo. Tómelo con las reservas del caso.

Tiraron una estatua, ¡el régimen se desploma!

Entiendo que nuestra naturaleza históricamente nos lleva a buscar causa en un orden universal o fuerza omnipotente para entender fenómenos naturales, sociales y políticos desde el origen de los tiempos, en el que un homínido cavernario justificaba el incendio de sus cosechas por la caída de un rayo como un enojo divino, hasta nuestros días en que muchos sabios explican la aparición de un bicho chino como método de control “iluminati”.

De verdad lo entiendo, pero no lo comparto. Sin duda es más satisfactorio creer que tenemos el control de todo, que digerir el origen caótico pero real de las cosas.

Pero al punto, es hilarante leer cómo se tiran al por mayor las más elaboradas tesis en torno al derrumbe de la recién plantada estatua del presidente López Obrador en el municipio de Atlacomulco, que van desde la comparación con el icónico momento en el que cayeron las esfinges de Husein o Gadafi –llevándolos a presumir la caída de López Obrador–, hasta las que versan sobre un rechazo generalizado al presidente.

En serio, no puedo con ello; la cosa es mucho más sencilla, se pudo tratar de un cobro de factura contra el presidente municipal saliente, que por congraciarse con el primer mandatario, se aventó la puntada de hacerle su estatua y le salió el “chirrión por el palito”. O tal vez se trató de unos pinches chamacos que, en un acto de imitación televisiva, emularon a Bart Simpson y tiraron el mono.

Pero ya en serio: ¿Se darán cuenta lo mensos que se ven dándole explicaciones magnas a algo simple? Fue un acto vandálico y ya, como los cientos de miles que ocurren todos los días en nuestro México y de los que ningún territorio está exento.

Y si no me cree, lo invito a que vaya y vea la estatua del Patrón de la Ciudad de Querétaro que se yergue en la entrada de la ciudad, en la carretera Celaya cuota para ser más exactos, el caballo está descolado y cojo, y la espada del apóstol sin hoja, lo cual no significa que se quiera derrocar su patronazgo ni que sea el principio del fin del cristianismo en la entidad. ¿O sí? Simplemente a algún pillo se le ocurrió hurtar piezas para venderlas como chatarra o le dio en la madre por puro gusto.

Así que, por favor, ¡no le busque chichis a las culebras! Ni se va a ir el presidente ni es el inicio de nada, ni tiene simbolismo alguno. ¡NO DÉ LATA!

Lenguas viperinas

Dicen que los casos de corrupción del actual gobierno veracruzano van a alcanzar a un “movido activista” de la izquierda, que por ahí de finales de 2018 salió por pies de aquella entidad por temas de moches dizque para operar en Querétaro por encargo de “El señor de las ligas”.

A ver si el oriundo de la Ciudad de México y miembro distinguido de “La Liga Jarocha” no se lleva entre las patas a más de alguna ilusa o iluso protagónico con aires de grandeza.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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