Verá usted, querido lector, en estos tiempos que corren es muy fácil prometer, y también, muy fácil sucumbir; pero le voy a dar una fórmula muy sencilla para detectar al vuelo la mentira en boca de candidato: si algún suspirante a legislador de la esfera y partido que sea se planta frente a usted a ofrecerle servicios públicos propios del Poder Ejecutivo, ¡aléjese!, porque solo puede estar frente a uno de dos tipos de personas: un mentiroso o un ignorante.
Y aunque estas líneas pudieran ser un traje a la medida para muchos, lo cierto es que no tienen dedicatoria para nadie; antes bien, buscan llevarlo a usted a una sencilla reflexión sobre la valía que puede tener la palabra de un sujeto que no conoce sus funciones o que las conoce y aun así promete cosas fuera de su alcance. ¡Son una despiadada incitación a cuestionarse sobre la aptitud de los personajes para el desempeño como representantes populares!
Si bien he sostenido en múltiples ocasiones que las elecciones las ganan los partidos más que los candidatos, no menos cierto es que una vez que estos están sentados en las curules o escaños no se le puede reclamar al partido y los que sufrimos sus deficiencias somos nosotros, por lo que le sugiero escucharlos y tomar en cuenta que ellos no pueden ofrecer más que leyes, y quizá, una que otra gestión que terminará siendo como llamado a misa.
“Al que le quede el saco”.
Espejismos
Aunque las encuestas son y serán instrumentos válidos (si usted no cree en ellas, está bien, no se mortifique, no es dogma de fe) para la toma de decisiones personales y políticas, en algunos casos se convierten en quimeras de políticos incautos cuyo ego y profunda crisis de realidad los lleva a pensar que ellos son factor de influencia en los resultados.
Ilustro. Hace algunos días salieron las mediciones de la primera semana de campañas locales y hubo más de algún incauto suspirante, particularmente de Morena, que azuzado quizá por algún merolico de esos de bastón y sombrero que con uno que otro dato verificable vende la cura del todo –o tal vez por mero ego– salió a decir que el 30 por ciento que reportan en las encuestas se debe a sus lindas caras y los bailes ridículos que hacen en las esquinas como payasitos nalgones.
Pero lo que omiten estas ingenuas pero temerarias criaturas, es que ese porcentaje es el piso de Morena en el estado, con un más menos tres en promedio, y que si no fuera por los entregables y publicidad de campaña federal, no tendrían forma de hacerse medianamente presentes en el escenario político, porque simplemente no tienen recurso material o personal alguno que haga la diferencia.
“En tiempos de remolino, hasta la basura flota”.
Todo va cuadrando
Como recordará, hace una semana escribía sobre el notable crecimiento que ha tenido la candidata a la diputación del quinto distrito federal de la alianza Sigamos Haciendo Historia, Bárbara Escobedo. Pues bien, luego de escudriñar las posibles causas de tan dramático comportamiento, puedo decirle que se trata de un efecto multifactorial, compuesto primero por los negativos que representa el Partido Revolucionario Institucional y su abanderado; segundo, el notable incremento del voto duro de Morena en El Marqués, derivado de la concentración de viviendas populares en la zona; y tercero, el incremento de la preferencia al partido del presidente en Pedro Escobedo, producto posiblemente de un cierto voto de castigo.
Estamos a 33 días del día D y a menos de un mes del cierre de campañas, por lo que nada está definido. Pero si los panistas marquesinos siguen más preocupados en maquillar la realidad que en asumirla, puede haber consecuencias de esas que terminan no solo con mitos, sino con carreras políticas.
Por cierto, y por aquello de los “colchones”, en Corregidora: presidencia municipal, “2 diputaciones locales” y una federal están prácticamente en la bolsa para el PAN.
“Chocolate que no tiñe, claro está”.
¡No me ayudes, compadre!
De verdad que uno ya no sabe si reír o simplemente tener caridad por el personaje. Le cuento: ahora resulta que el “queretano por resolución judicial” –también conocido como “Santi el Sucio”–, acompañado de un personaje sacado de cualquier historieta de Rius, subió un video que bien pudiera ser publicidad de algún centro de rehabilitación de drogas fuertes –de los llamados anexos– según para apoyar al candidato a diputado por el segundo distrito federal, Ricardo Astudillo Suárez. ¡Y cómo no!, si a diferencia de los susodichos, el verde está consolidado en la cima y se ve difícil que la tendencia cambie.
Sin embargo, estoy seguro que el verdadero motivo de la farsa cómica es empezar a correr el relato de que Astudillo Suárez va arriba gracias al apoyo del que no pudo acreditar residencia en casa de su papá; ya ve cómo se las gastan los esquizofrénicos. Ojalá y Ricardo se espante rápido esas moscas que pudren lo que tocan.
“Aunque todos son del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro”.
¡Qué bruto, póngale cero!
Le cuento que cierto candidato que le pulsa ser llamado “Dotor”, ahora propuso que de llegar a la Cámara Alta, reformaría la Ley de Sociedades Mercantiles para establecer la obligación de la paridad de género en la integración de los consejos de administración de las empresas, olvidando el “eructito” que las empresas son entes privados en los que su opinión y la de su partido valen madre. Además, que existen consejos de administración en los que por la integración de sus accionistas no puede cumplirse su brillante propuesta, porque simplemente no hay mujeres.
No cabe duda que ya no sabe ni cómo hacerse notar y lo único que se nota es que un doctorado no quita lo tarado.
“No rebuzna porque no da el tono”.
Lenguas viperinas
Cuentan que al que no le cae el veinte de que ya es candidato es a Juan Alvarado en San Juan del Río, pues no se le ven ni pies ni cabeza a su campaña.
Ya hay quien piensa que trae algún “defecto de fábrica”, como única explicación a su laxitud y estulticia.
“Más vale camino andado, que vereda por recorrer”.
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.
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