Si usted es muy joven o ajeno a la cultura popular quizá no entienda a qué me refiero con “quedar como el cohetero”. Le cuento.

Dicen que este peculiar personaje presente en fiestas y romerías con nadie queda bien, ya sea porque hace mucho estruendo o porque no hace el suficiente. Igual pasa con el gobierno, mal si hace y mal si no lo hace, siempre será criticado; sea del color que sea y sea encabezado por quien sea.

Pero quiero hablar de un tema en particular y de moda: Los “eventos públicos con fines de lucro organizados por y en beneficio de particulares”, término que define con mayor exactitud a los espectáculos deportivos, culturales y recreativos en los que papá gobierno solo otorga permisos y supervisa, pues las ganancias son para los organizadores; sí, leyó bien, ganancias, nada es gratis, nadie es hermano de la caridad, no se equivoque ni santifique a quienes explotan su necesidad de diversión y especulan con su seguridad.

Pues bien, ahora la “sociedad queretana” (término chic para llamar a la masa disforme y heterogénea que comparte el territorio de la capital del estado cuya única identidad es el gentilicio) está furibunda porque el gobierno capitalino encabezado por Luis Bernardo Nava Guerrero decidió cancelar un concierto que se iba a llevar a cabo en la exclusiva zona de Juriquilla, debido a que los organizadores no cumplieron con las medidas y lineamientos marcados por la unidad de Protección Civil municipal, por lo que, armados de optimista ignorancia y en pleno ejercicio de su arrogante ciudadanía, decidieron verter una cantinela de alegatos plagados de bilis.

Me queda claro que están en su derecho, pero resulta por demás pintoresco que los quejicas de hoy, sean los mismos que hace 16 días expelían las más acentuadas disertaciones sobre prevención y seguridad para justificar al equipo de sus amores y vapulear al gobernante en turno. Los de siempre que, asumiendo calidad moral incuestionable por anteponer el prefijo ciudadano a su bosta, se sienten con la capacidad de prejuzgar, juzgar y sentenciar cualquier hecho o persona que a su criterio enano y ramplón esté mal.

Créame, a veces me pregunto: ¿Qué demonios quieren? ¿Cuál es el axioma de lo correcto? Porque aunque me repugne usar la voz “ningún chile les embona”, de verdad con nada se les da gusto. Si se cancela el evento, “por qué se canceló”, “seguro que no le llegaron al precio”; y si no cancelan, “por qué no cancelaron”, “segurito y se arreglaron”.

Siempre es así, la presunta moralidad que reviste al ciudadano automáticamente exime a los iguales y acusa al desigual, en este caso al gobierno, no importa que el ciudadano haya incumplido sus obligaciones, que ofrezca soborno después de pasarse un alto, que tenga “diablito” para hurtarse la luz o que evada impuestos. ¡Somos ciudadanos! Con eso basta y sobra para tener esas canonjías y no ser iguales que los méndigos del gobierno. Pero recuerde, también ellos son ciudadanos.

Quizá después de lo dicho en el párrafo anterior y en pleno uso de sus facultades ciudadanas, me dejará de leer o me haré acreedor a adjetivos como chayotero, pro gobiernista, vendido, hijo de mi madre, sátrapa, carroñero, por nombrar algunos; pero ni se desgaste, a mí se me resbala; mejor reflexione, su coraje no es por lo que escribo, sino porque lo describo.

En boca cerrada no entran grillas

Parece que al diputado federal Felipe Fernando Macías Olvera los años de academia y quehacer político le han pasado de noche o no le han enseñado reglas básicas como la discreción y la mesura, pues al ya no tan pueril legislador se le va la lengua a la menor provocación, quizá en necesidad de reconocimiento o por hacer conversación; pero no duda en expresar que tiene “conjetural control” sobre lo que ocurra en el municipio de Corregidora.

Lo bueno es que los que sabemos, estamos ciertos de que el “Tino” Sosa tiene bien controlado el redil y difícilmente le meten ruido; sin embargo, los comentarios de Felifer no caen bien en el respetable, más cuando en ese ring no entra ni de aficionado.

Así que como diría el divo de Juárez, ¡pero qué necesidad!

Mataron al tigre

No vaya usted a creer que es una alegoría como muchas recurrentes en este espacio, para nada. Es totalmente literal; los “polecías” del vecino municipio metropolitano de Huimilpan “inmovilizaron”, para siempre claro, a un tigre blanco que andaba suelto en aquellos lares. Pero lo que resulta por demás irónico y kafkiano es que el heroico cuerpo de policía de un municipio gobernado por un presidente municipal del Partido Verde Ecologista de México mate a sangre fría y sin la menor consideración a un ejemplar de una especie en peligro de extinción, en total contraposición con la agenda política nacional de ese instituto.

Seguramente, en próximas horas veremos un firme posicionamiento al respecto por parte del presidente estatal y también diputado local verde, Ricardo Astudillo Suárez, que por enésima ocasión en el poco tiempo que va de gobierno, tendrá que sacarle las “castañas del fuego” a don Juan, solo que esta vez tendrá que ser públicamente.

En fin.

¿Nuevo bloque opositor?

Si usted se fue con la finta de la aparición de un nuevo bloque opositor al interior de la LX legislatura, déjeme decirle que no es así, pues solo se trata de la conjunción estructurada de los intereses de Paul Ospital con su excompañero de partido, Juan José Jiménez, aliñado con las ansias de novillera de la novel legisladora Andrea Tovar, a quien este par de experimentados bribonzuelos pretenden liar para sacarle provecho, al grado de que dicen tenerla tan controlada, que negocian sus votos.

No me queda duda de que Tovar Saavedra trae ganas y hasta buenas intenciones, pero el que con el de las tres J se junta…

Lenguas viperinas

Cuentan que, aparte de amenazar a personas por redes sociales, cierto “doctor” que fue desconocido públicamente como “docente y locutor” de la Universidad Autónoma de Querétaro, y cuyo nombre no merece ni la tinta, también le da por ir a gritar, aconsejado por el dios Baco, al Tribunal de Justicia Administrativa. Así que los magistrados, previendo sus desmanes, mejor pidieron el apoyo de Seguridad Pública; por eso la presencia policiaca afuera de las oficinas.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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