Tal parece que al secretario del comité estatal de Acción Nacional no le han enterado la condición que guarda Arturo Maximiliano García Pérez con el partido, pues afirma que sigue siendo militante, aunque haya una renuncia formal desde febrero de 2018.

El caso no es nuevo. El registro nacional, otrora digno de presumir, dejó de ser confiable desde hace aproximadamente 10 años y aparecen y desaparecen miembros, a veces de manera inexplicable. Y si a esto le sumamos la inactividad de la comisión de orden, ya sabrá.

Pero lo que es hecho notorio es que Martín Arango no conoce los lineamientos internos de su partido, pues aunque García Pérez “aún fuera panista”, el haber colaborado en la campaña de Morena de 2018 e inscribirse como precandidato del “movimiento” la semana pasada, son causas de expulsión, de acuerdo al artículo 33 del reglamento de sanciones.

Entonces, alguien no está haciendo su trabajo: O la secretaría de afiliación no entera de las renuncias de sus militantes o la comisión de orden no inicia los procedimientos de expulsión… aunque no se puede expulsar a alguien que ya renunció.

Seguro estoy de que se trata de una graciosa confusión de un trámite administrativo en el interior del blanquiazul; sin embargo, eso no quita el exceso y temeridad de la declaración de Arango. No tiene mayor sentido si es, fue o estuvo; no tiene mayor trascendencia, ya es “harina de otro costal”. Ahora, si se trata de estrategia de desgaste, es estéril, en Morena se matan solos.

En Morena lo único seguro es el pleito

Hace algunos días me preguntaban en la red del pájaro ruin mi pronóstico sobre el proceso interno de Morena para la elección de candidato a la capital del estado. Pregunta difícil. Si buscamos al más competitivo, seguramente mandarían a Arturo Maximiliano; si quieren cumplir cuota de género y darle algo al grupo del “primate belicoso”, la candidata sería Paloma Arce; pero si el CEN busca una salida “tersa” y sin “comprometerse”, mandará a Rosa María Córdoba, quien en la imaginaria es la menos susceptible al golpeteo al interior, lo cual no es certeza de nada. Basta ver cómo le han tundido a Celia Maya.

Sin embargo, lo que no admite menor duda y es garantía de riña en el arrabal, es la inscripción de Ángel Balderas “Pugna”, a quien si la encuesta no le favorece (como será), desconocerá resultados argumentando que él ha “bailado más veces alrededor de la flor roja”, que ha “gritado más fuerte” y que ha “matado más mamuts rosas”.

¿Cree que exagero? Está bien, quite lo de los mamuts rosas, dejémoslo en que Balderas “Pugna” encontrará entre su costalito de rencores la forma de desvirtuar resultados y darle rigor científico a sus “dogmas de cantina” para después compartirlos con ingenuos bonobos, que a la voz de: “A ladrón, a ladrón”, exigirán trasparencia a un proceso que él desconoció de origen.

No me malinterprete, no intento burlarme: ¡Lo estoy haciendo! Si Morena Querétaro no rompe el círculo vicioso en el que está inmerso, el fracaso es inminente.

Calladito, Antonio Rangel será diputado federal

Tapado y sin ruido, Luis Antonio Rangel Méndez, fiel escudero y amigo de Ricardo Anaya Cortés desde sus mocedades, se hizo de la quinta posición de la primera circunscripción federal en propuesta por el Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

El también notario 6 aparece por una circunscripción distinta a Querétaro, quizá en el intento de que pasara inadvertido del panismo local y quitarle desgaste al ya de por sí devaluado grupo de Anaya, que al parecer no le tocó nada en el estado.

Habrá que revisar minuciosamente otras circunscripciones, no vaya a ser que nos encontremos a Marcos Aguilar Vega por la 5ª.

Lenguas viperinas

Para Morena, Querétaro dejó de ser prioritario, es un voto caro, su militancia es un problema y aporta poco al proyecto nacional. Dos escaños en la Cámara baja no justifican el desgaste.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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