Sin aspavientos, Édgar Inzunza Ballesteros, exregidor y exdirigente del PAN sanjuanense, ha logrado y está logrando aglutinar apoyo variopinto en torno a su persona, para lo que venga.
Hombre joven (39 años), de ascendencia sinaloense pero sanjuanense de nacimiento y de vida, “El Güero” Inzunza (como le dicen sus amigos y adeptos con afecto) cuenta con arraigados cimientos morales y políticos, aprendidos los primeros desde el seno familiar, y los segundos, sin duda de su padre, el exalcalde Atilano Inzunza, quien es de los pocos exgobernantes que puede salir a la calle tranquilamente con la frente en alto (otros también se regodean tranquilamente, pero no con la frente, sino con el cinismo en alto) y que después de servir al pueblo que lo cobijó, regresó a otra de sus grandes pasiones, la docencia.
También de él, de ese hombre, su padre, Édgar ha aprendido a dominar un poco su aceleración política y a hacer la talacha, con suela, sudor y saliva, entendiendo el nuevo escenario político tanto en lo local como en lo nacional. Y también ha aprendido a no ser chamaqueado.
Édgar Inzunza siempre ha ido a contracorriente y con ideales “extraños” para el partido en el que militó. Podría estar viviendo cómodamente del presupuesto, pero prefirió retirarse, al no estar de acuerdo en lo que ya no creía. Muchos no lo saben, pero tras renunciar a la Junta de Conciliación y Arbitraje en septiembre de 2016, por desavenencias internas que no viene al caso comentar, el gobernador le ofreció un cargo dentro de la Secretaría de Educación estatal, pero Édgar prefirió dar un paso al costado.
A los pocos meses, comenzó a operar “discretamente” en San Juan del Río para el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien empatiza y coincide en sus ideales de justicia social, combate a la pobreza y corrupción y cambio de régimen. A favor de la 4T, pues. Lo de la renuncia al PAN solo fue un formulismo posterior.
Sostiene Inzunza que el PAN como partido se perdió al volverse gobierno, que olvidó su vocación democrática (si es que alguna vez la tuvo), que se convirtió en lo que combatía, que se llenó de oportunistas que solo ven por su bonanza y no por el desarrollo del país, que en vez de partido parece una empresa particular. Es decir, se aPRIzó.
Hoy, sin pertenecer a ningún partido, Édgar Inzunza es visualizado en la izquierda como un “buen gallo” a la presidencia municipal sanjuanense tanto por empresarios, sindicatos, taxistas, deportistas y muchos otros sectores, pero él no dice ni desdice, porque “ahorita hay que trabajar y construir, ya llegará la hora de las definiciones”.
¿Le alcanzará dicho trabajo para ser candidato de alguno de los partidos izquierda o de una posible alianza o coalición? Eso solo el tiempo lo dirá. Aunque no hay que olvidar que hoy existe la vía independiente.
¿Será cierto…
… que el impugnado dirigente estatal del PRI, Paul Ospital, “negoció” hace unos meses con Roberto Loyola su apoyo para llegar al liderazgo tricolor, con el compromiso de no buscar en el futuro la candidatura al gobierno del estado; pero hoy le ofrece a Alonso Landeros dirigir al PRI cuando él sea el candidato a dicha posición?
… que, discretamente, el exregidor Marcelino Martínez, con trabajo y convencimiento, va levantando al alicaído Partido del Trabajo en San Juan del Río?
Hasta la próxima.
11
Mar 20
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