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La reforma para desaparecer el Coneval y que el Inegi asuma las funciones de medir la pobreza, más que simplificar, empobrece y más que fortalecer la política social, la vuelve vulnerable al juicio complaciente de sus propios autores; dejó en claro el diputado federal por el 5º Distrito, Mario Calzada Mercado.

“El fondo de esta reforma es muy claro: reducir la capacidad de crítica, apagar los focos rojos y controlar los mecanismos de evaluación social. Esto, en un país con más de 46 millones de personas en situación de pobreza, no es solo un error, es una irresponsabilidad y una decisión maliciosa”; apuntó Mario Calzada.

Al asegurar que el gobierno quiere ser juez y parte, el legislador federal por el PRI subrayó: “no confundamos técnica con pasividad, no todo dato es evidencia y no toda cifra es sinónimo de evaluación. El combate a la pobreza no puede depender de un organismo que, por más valioso que sea en su campo, carece de un enfoque integral y crítico sobre las políticas públicas. Eliminar al Coneval es silenciar una voz experta que hablaba con datos, no con consignas”.

Finalmente, el diputado federal Mario Calzada Mercado puntualizó: “no debemos perder de vista que la evaluación de la política social exige algo más que levantar datos: exige analizar impactos, identificar fallas y emitir recomendaciones técnicas que, en muchos casos, cuestionan decisiones de política pública”.

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