Muchas se han dado en silencio, otras por medio de conferencia de prensa, lo cierto que la desbandada de militantes de distintos partidos políticos se viene dando desde la designación de las candidaturas; hasta ahora nadie las reconoce culpas como parte de los errores cometidos por las dirigencias de esos partidos, más bien tratan de minimizar los daños.
La más reciente deserción de militantes del PAN, fue la anunciada por medio de conferencia de prensa, salida y adhesión a favor del candidato que hasta hoy en día va al frente de todas las encuestas que han realizado quienes a ello se dedican, Roberto Loyola Vera. Este candidato continúa sumando simpatías.
Dirigentes y militantes del PAN, tratan de minimizar los daños a la nave que tripula Francisco Domínguez; pero, lo cierto es que hacen cada vez más lenta y pesada esa nave, lo que significa que podría llegar tarde a la meta del festejo democrático del 7 de junio próximo o incluso zozobrar en el trayecto.
Cada uno de los expanistas que recién renunciaron para sumarse a la campaña de Roberto Loyola, tiene su capital político, no vaya usted a creer que solo son ellos; no, cada uno tenía un proyecto político que fue desecho de tajo por la dirigencia al ignorar a esos cuadros panistas. No se van solos, ni se suman solos al proyecto de Loyola; no, son mucho más los que están con ellos y darán su voto a este candidato.
Muchos procesos electorales he vivido y nunca uno como el actual. Falta de oficio político en algunos dirigentes que no se han preocupado por resarcir daños, ni curar heridas. Por el contrario, han menospreciado a los heridos abandonándolos a su suerte como si no hicieran falta para la batalla que se está enfrentando. Una batalla salpicada de todo, a pesar de los acuerdos de “buena voluntad” que fueron firmados para evitar la “guerra sucia”.
A todo esto la percepción de la gente en contra de los partidos políticos es de molestia, lo que por supuesto no acontece en la militancia de los mismos partidos, unos por ignorancia ni idea tienen de lo que sucede; otros más, con nerviosismo observan cómo se debilitan las huestes que los acompañan. La incertidumbre permea.
Los candidatos con posibilidades de triunfo Roberto y Francisco -en ese orden- ponen todo su esfuerzo por acercarse a la sociedad civil -la que decide elecciones-; van a mercados y con organizaciones no gubernamentales para conquistar simpatías de 1 millón, 413 mil, 787 ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores. Cada uno fijó su meta en votos para obtener el triunfo, arriba del medio millón, lo que de suyo resulta imposible a pesar de que, históricamente los queretanos tienen un alto porcentaje de votación y poca abstención.
El triunfo se encuentra en las redes sociales que estén conformando para llevarlos a votar; muchos ya saben por quién votar; otros no; la pesca está en los indecisos, es ahí en donde deben trabajar los estrategas del voto. Mientras otros cavan su derrota con la deserción.
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