Astrid Hadad, “la cabaretera ilustrada”, abre las puertas de su clóset

#Farándula

Por más de tres décadas Astrid Hadad ha dejado su voz en los escenarios, que ha marcado con su singular vestuario, que le ha dado al mundo una probadita de México, su cultura y sus tradiciones.

La “cabaretera ilustrada”, como ella misma se denomina, abrió las puertas de su clóset y taller para platicar sobre sus excéntricos y poco comunes atuendos, que no solo le han servido como ornamento para sus espectáculos, sino también han dejado huella en México, Europa y Estados Unidos.

Con la sonrisa y la sencillez que la caracterizan, Astrid reconoce que su intención nunca ha sido imponer estilos o marcar una moda, pues simplemente creó atuendos que la ayudaran a expresarse en el escenario.

“Cuando empecé a cantar me di cuenta que tenía algo más que decir, por eso entré a la escuela de teatro donde aprendí que también la imagen era importante y el vestuario era un elemento más que ayuda a que la gente comprenda lo que quieres decir”, compartió.

“El atuendo viene a reforzar lo que estás diciendo o dice lo contrario”, dijo la artista, quien ha encontrado en su espectáculo de cabaret la manera idónea para hablar de la vida cotidiana y de la política, dándole siempre su toque.

Aunque en sus inicios no era tan aventurada con el atuendo, pues sólo creaba de dos a tres por presentación, fue un espectáculo en honor a Lucha Reyes donde fluyó la creatividad y marcó la pauta para que ella comenzara a realizar espectáculos conceptuales, donde hace de 13 a 15 cambios de vestuario.

“Cada uno de mis vestuarios tiene su razón de ser, nada es improvisado y dependiendo del tipo de espectáculo que ofrezco es lo que crearé, porque soy yo misma quien se encarga de diseñar, aunque quienes le dan forma a mis ideas son Bruno Forrure y Lucia Maya”, explicó.

De dos a tres semanas es lo que se lleva realizar un vestuario, sin contar el tiempo que puede pasar pensando en lo que desea, dijo Hadad, quien muestra con orgullo algunas prendas donde no sólo el colorido roba la atención, sino también los finos detalles hechos a mano, así como los temas que abordan pasajes de la historia de México y la literatura universal.

Sin contar que algunas son verdaderas obras de arte, donde la tela se ha ocupado como lienzo, como en el caso del vestido Altar de Plata, inspirado en la explotación de los indios, y la novela “La divina comedia”.

Astrid gusta de la lectura y la filosofía, elementos que sin duda la ayudan en el proceso creativo, además de que está informada de lo que pasa en el país, ya que su espectáculo de cabaret le da oportunidad de hacer sátira política.

En la actualidad su colección de vestidos llega a más de 150 piezas, que guarda en una bodega junto con los accesorios, que también son hechos por ella. “Creo que si no tuviera amigos que me apoyaran para hacer estas prendas no tendría dinero para hacer estas locuras”.

El costo de cada vestido varía entre 30 mil y 50 mil pesos y aunque su mantenimiento es sencillo, es muy laboriosa su confección ya que son hechos a mano con telas netamente nacionales.

Aunque se podría pensar que casas finas de costura son las encargadas de hacer ese trabajo, la llamada "reina del heavy nopal" prefiere recorrer las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México para buscar material.

“Hay mucha variedad de telas aquí, como en cualquier otro lugar, y he aprendido a seleccionar lo que quiero. Por eso llevo un catálogo de micas que me permiten saber si la tela refleja la luz, que es lo que me importa”.

Mencionó que con el tiempo todo se aprende, porque aun cuando no ha tomado clases de diseño ni de alta costura, en Francia e Inglaterra, donde se han exhibido las prendas que confecciona, son catalogadas así por expertos.

Aunque su colección de más de 150 prendas es muy codiciada en el extranjero, la cantante no la tiene asegurada ni valuada. “Todo en esta vida se destruye con el paso del tiempo y eso hago cuando ya están muy gastadas las telas”.

Indicó que algunas piezas las reutiliza para formar nuevos atuendos en el taller, donde ella también pasa muchas horas ayudando a cortar y pegar los ornamentos de las mismas.

Pero si guardarlas ha sido complicado, el traslado es otro reto que asume. Describe ese momento como la aplicación de matemáticas puras, ya que en ocho maletas grandes debe caber todo, para lo cual ha remodelado algunas prendas para que puedan ser armables.

“Son como rompecabezas, donde debes acordarte qué tabla va en qué lugar”, planteó la cantante, quien con esos exóticos atuendos ha conquistado territorio alemán, español, inglés y francés. En el último país su imagen forma parte de una exposición fotográfica sobre México.

“He tenido la fortuna de ser bien recibida en Europa con mi trabajo, una mezcla de música popular, ranchera y otros ritmos que siempre me gustaron”, señaló Hadad, tras mostrarse feliz de hacer lo que le gusta y aunque no sabe cuándo se detendrá su historia de vida ha decidido ser fiel a su estilo y al cabaret.

Esa originalidad es la que la ha llevado también al cine con directores de cine como Alfonso Cuarón, Manolo Caro y Sergio Tovar.

Aunque esa tendencia es descrita como “diferente o rara” por muchos, Astrid Hadad tiene su propia definición de ella: “soy una dadora de placer, gozadora de la vida y cabaretera ilustrada”.

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