Durante el pasado fin de semana, la imprudencia y excesos de velocidad de una conductora, la hizo proyectarse sobre un puente peatonal “provisional” levantado sobre la carretera federal Querétaro-San Luís, Avenida Paseo de la República; originando 5 lesionados y la destrucción del “puente de tubos”. Nada novedoso si no fuera porque “descubren” que el puente ya no era provisional después de dos años de armado.
El accidente vial trajo al descubierto lo que nunca vieron los integrantes del equipo que conformó el proceso de entrega recepción; sí, que el puente elaborado de tubos solo era provisional, en espera de construirse uno definitivo a cargo de no se sabe quién, si de las autoridades o de los empresarios de Antea o de participación bipartita; y es que, hablamos de un tramo federal ¿De quién es la responsabilidad de construir el puente? ¿Acaso hay responsables? ¿Hubo presupuesto para su construcción?
Nada nuevo en el problema que “descubrieron”, en el supuesto de que así sea, cuando los empresarios constructores se obligan a realizar obras que coadyuven a sus propias empresas, como infraestructura; suele suceder que, al paso del tiempo la responsabilidad la trasladan a los gobiernos, sea este federal, estatal o municipal y de paso se ahorraron unos millones de pesos. En su momento, la autoridad responsable se hace copartícipe del “fraude” al ignorar el cumplimiento de la obligación empresarial y cargarle el costo de la obra al transcurrir del tiempo a las arcas gubernamentales ¿Tramposos? ¡Por supuesto!.
Un ejemplo de ello podría ser la obligación de los fraccionadores de Cumbres del Cimatario, ubicado en el municipio de Huimilpan. Al momento de la autorización del fraccionamiento, primera parte, los dueños se obligaron a la ampliación de los carriles, cuyo costo de la obra rondaba entonces en algo más de 10 millones de pesos. Sin embargo, al paso del tiempo, los empresarios incumplieron, el fraccionamiento creció y la carretera se hizo peligrosa e insuficiente, de tal suerte que el gobierno tuvo que hacer la ampliación de ese tramo carretero, exclusivamente para los colonos de Cumbres del Cimatario. Este es un ejemplo de muchos que pasan desapercibidos por el grueso de la población; en el fondo me parece un verdadero fraude de esas empresas constructoras y alguien se embolsa el dinero que eroga el gobierno. Rampante lucro excesivo.
En el caso de la imprudente mujer que destruyó el “puente provisional” que se hacía viejo, abre una cloaca que no es única, hay muchas más. Sin embargo la novedad se impone y ahora se buscan responsables a quien culpar del incumplimiento de la obra definitiva ¿Son los empresarios o el gobierno? Y si es el gobierno ¿Cuál de los tres niveles? La carretera convertida en avenida es de competencia federal; el gobierno del Estado presumió la obra y se culpa al gobierno municipal por tratarse de un puente peatonal. Habría que tener los documentos a la mano para deslindar con claridad la culpabilidad, en caso de que la haya.
Por lo pronto, el accidente vial convertido en incidente político, abre las puertas a muchos problemas de la misma naturaleza ¿Recuerda el gobierno municipal de Rolando García? Bueno, si lo tiene en mente, también recordará el problema que ocasionó con la transformación de la parte de la Avenida Corregidora Norte, a un lado de otro Centro Comercial, Plaza del Parque, una parte de la avenida la vendió, otra se quedó en el limbo y se asentaron algunos edificios en esa zona, generando hoy día severos problemas de tránsito, hoy de movilidad que dificultan el paso a los transeúntes y generan “embotellamientos” viales. Después de muchos años el problema subsiste y nadie fue responsable de esos atropellos a la ciudadanía queretana. De tal suerte que lo del puente “provisional” no debiera ser tan novedoso.
¿Hasta dónde llega la responsabilidad de los integrantes de las comisión de entrega recepción que jamás hicieron nada para detectarlo y observarlo como anomalía? Nadie tiene culpa –hasta ahora-, ni los que recibieron, mucho menos los que se fueron detectaron el incumplimiento de alguna de las partes ¿Dónde está la responsabilidad? Se diluye. Y todo gracias a la imprudente conductora que, además provocó lesiones a 4 de sus ocupantes. Y sobre los daños al puente “provisional”. Ahora bien, la empresa, dueña de los tubos ¿A quién va a demandar del daño que le ocasionaron?
Y a todo ello, presto el presidente Marcos Aguilar, se ha puesto “los guantes” para encontrar los responsables y en su caso exigir el cumplimiento de acuerdos entre la empresa Antea y el gobierno, lo que seguramente no se resolverá en 15 días. Mientras tanto cientos de empleados que laboran en los distintos negocios de ese centro comercial, arriesgan su vida para cruzar la peligrosa carretera federal o caminar un kilómetro aproximadamente para cruzar por un paso deprimido hecho para vehículos y modificado transitoriamente para el cruce de peatones, lo que también implica un serio riesgo. ¡Y todo por la imprudente conductora!
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